A la ciudad de Zamora llegan dos importantes caminos que se dirigen a Santiago de Compostela: la Vía de la Plata (la mal llamada Ruta de la Plata), conocidísimo recorrido desde los tiempos del imperio romano que viene del sur (Sevilla, Caceres, Salamanca…), y el Camino de Levante, que parte del extremo oriental de la Península, pasando por Valencia, Albacete, Toledo, Ávila…
Como se aprecia en la imagen, lo habitual es que posteriormente se ofrezcan únicamente dos posibilidades. La primera de ellas consiste en continuar hacía el norte, dirección Benavente, La Bañeza y Astorga, donde se enlaza con el Camino Francés. Es una opción un tanto ilógica desde el punto de vista de la peregrinación tradicional porque cuesta creer que históricamente los peregrinos, una vez en Zamora, se dirigiesen a Astorga, que no queda precisamente de camino a Santiago de Compostela. Pero como el Camino Francés es tan popular hoy en día, mucha gente decide hacer esa ruta.
La otra posibilidad, bastante extendida igualmente pero más natural, consiste en tomar el llamado Camino de Santiago Sanabrés (o Camino Mozárabe Sanabrés), que nos introduce rápidamente en Galicia. Este camino, tras abandonar Zamora, se dirige a las localidades de Granja de Moreruela (en realidad, la primera etapa Zamora-Granja es compartida con la primera opción), Tábara y Puebla de Sanabria. Los que conocemos esta ruta sabemos que nos conduce por parajes de gran belleza y la recomendamos como una de las mejores opciones para llegar a Santiago. De hecho, en Naturaliste te ofrecemos la posibilidad de hacer este camino en burro. Pero así mismo sabemos que hay una tercera ruta, tan interesante o más, que también atraviesa la provincia de Zamora, aunque es mucho menos conocida que las dos que hemos mencionado.
Este otro recorrido del que hablamos, casi totalmente desconocido hasta hace unos años, es el Camino de Santiago Mozárabe Portugués (también llamado Camino Portugués de la Vía de la Plata, aunque un nombre igualmente oportuno sería Camino de Santiago Alistano), que se dirige a Santiago introduciéndose en tierras de Aliste (Zamora) y en Trás-os-Montes (Portugal). Dicha ruta está perfectamente señalizada y, cómo no, cuenta con sus respectivos albergues (a partir de Zamora los encontramos en las localidades de Almendra, Fonfría, Alcañices, Trabazos, Quintanilha [Portugal], etc.).
No debe confundirse esta ruta con el Camino Portugués por excelencia, que es el que conduce a Santiago por la costa portuguesa, entrando en Galicia por Tui, y que puede verse también en la primera imagen. El nuestro, el Camino Mozárabe Portugués, se introduce en Galicia por Verín, desde donde es posible enlazar con el Sanabrés un poco más al norte, en Laza, o bien continuar por Xinzo de Limia y unirse al Sanabrés ya en Ourense. Vemos su recorrido en el siguiente mapa esquemático:
Etapas del Camino de Santiago Portugués de la Vía de la Plata:
Aunque naturalmente cada peregrino puede avanzar al ritmo que le resulte más conveniente, se han establecido una serie de etapas estándar que básicamente consisten en tramos asequibles en una jornada a pie con inicio y final en poblaciones que cuentan con albergues, aunque en algún caso también los hay (tanto albergues como otros alojamientos) entre medias.
Zamora – Almendra: 23,6 Km.
Almendra – Fonfría: 37 km.
Fonfría – Alcañices: 22 km.
Alcañices – Quintanilha (Portugal): 24,1 km. En esta etapa también hay un albergue de peregrinos en Trabazos.
Quintanilha – Bragança: 24,1 km.
Bragança – Vinhais: 28, 8 km.
Vinhais – Segirei: 25,4 km.
Segirei – Verín (España): 28,6 km. Enlace con el Camino Sanabrés.
Descripción del Camino Portugués de la Plata a su paso por Zamora
Como decimos, este camino portugués se desvía de la Vía de la Plata en Zamora, ciudad cuya patrona en la Virgen de la Concha (hacia el año 1500 se integra en su cofradía la de Santiago Apóstol, de hecho en la actualidad los años xacobeos la imagen de la Virgen de la Concha y los miembros de su cofradía se trasladan desde Zamora hasta la catedral de Santiago de Compostela).
Los peregrinos abandonan la ciudad atravesando el bosque de Valorio, para pasar más adelante junto a la ermita del Cristo de Valderrey, donde los zamoranos celebran romería el segundo domingo de Pascua. Existe otra opción: salir de Zamora por donde también lo hace el camino sanabrés, dejando la ciudad atrás junto a la cruz del Rey Don Sancho (donde la tradición popular dice que en el siglo XI murió éste rey, cuando asediaba la ciudad).
El peregrinaje en cualquiera de los dos casos continúa por la localidad de La Hiniesta, cuyo nombre se debe, según la tradición popular, a la aparición de la virgen al rey Sancho IV junto a una hiniesta, retama o escoba mientras éste cazaba. La siguiente localidad que alcanzaremos es Valdeperdices, también dentro de la comarca de la Tierra del Pan, para más tarde y por carretera llegar al pueblo de Almendra, donde concluye la primera etapa.
A poco más de 4 km de Almendra se encuentra El Campillo, donde es inexcusable visitar la iglesia de San Pedro de la Nave, joya del arte visigótico que hace casi un siglo fue trasladada hasta aquí piedra a piedra desde su antiguo emplazamiento, hoy anegado bajo las aguas del embalse de Ricobayo. Por un terreno de inquietante nombre (el Monte Víboras), el camino se dirige hacia Muelas del Pan, tras el cual toca atravesar la presa de Ricobayo para llegar al pueblo del mismo nombre. Hemos dejado atrás la Tierra del Pan para introducirnos en las tierras de Alba y Aliste. En Ricobayo hay un albergue de peregrinos, por lo que aquí puede completarse una etapa, que de lo contrario es tal vez demasiado larga.
El camino nos lleva ahora hacia Cerezal de Aliste, no sin antes pasar por su bello Sofreral, un extenso alcornocal que cuenta con algunos ejemplares realmente portentosos. A la salida de Ricobayo hay quien opta por tomar dirección al Castillo de Alba, para visitar los restos de esta vieja fortaleza templaria, aunque ello implica hacer unos cuantos kilómetros más. Desde Cerezal el camino, entre jaras y robles, nos deja en Bermillo de Alba, desde donde no dirigiremos al final de etapa, la localidad alistana de Fonfría, atravesada por la carretera nacional 122.
Desde Fonfría salimos en paralelo a la carretera pero poco a poco nos vamos alejando de ella para introducirnos en un bello robledal. Así llegamos a la pequeña localidad de Ceadea, donde merece la pena visitar sus lavaderos tradicionales. De nuevo en paralelo a la nacional alcanzamos Arcillera. Continuamos hasta Vivinera, en la misma frontera con Portugal, no sin antes atravesar la carretera. Seguimos hasta un nuevo final de etapa, la villa de Alcañices, cabecera de la comarca de Aliste a la que entramos por el área recreativa de Sahú y donde vamos a encontrar múltiples servicios de los que carecen otros de los pequeños pueblos por los que hemos pasado. El albergue está nada más entrar en el pueblo, aunque ya descansados merece la pena una visita a la localidad.
De nuevo en paralelo a la carretera nacional llegamos a Sejas de Aliste; más adelante alcanzamos Trabazos, que nos sorprende por el aspecto cuidado que presenta esta localidad. Continuamos hacia la frontera portuguesa dejando a nuestra derecha el pueblo de San Martin del Pedroso, situado junto al río Manzanas que también nosotros cruzaremos por el antiguo puente de la carretera nacional. Muy cerca está Quintanilha, primer pueblo portugués y final de esta etapa.
Aquí puedes encontrar información más detallada sobre este camino. Finalmente hay que decir que el Camino de Santiago Portugués de la Vía de la Plata se puede hacer sin dificultad en bicicleta pues el recorrido, tanto la parte española como la portuguesa, es muy «ciclable».
No queremos concluir esta reseña sin comentar que existe otro recorrido más, muy tradicional y diferente a los tres mencionados, que nos lleva igualmente a Compostela. Discurría por la emblemática localidad de Carbajales de Alba y cruzaba el Esla con la Barca de Manzanal. No está señalizado en la actualidad, lamentablemente, pero ha sido muy utilizado a lo largo de la historia, como lo corrobora el hecho de que fue utilizado en 1612 para peregrinar a Santiago por Bernardo José de Aldrete, de lo cual dejó constancia escrita.