La Faia da Água Alta es todo un monumento natural. Se trata de una caída de agua o cascada de más de 40 metros de altura. Esta catarata se encuentra en el Parque Natural do Douro Internacional, en territorio portugués (dentro del municipio de Mogadouro) pero muy cerca de la frontera y de las provincias de Zamora y Salamanca. Está en la parte portuguesa del parque natural de Arribes del Duero, una zona que conocemos bien ya que se la hemos enseñado a multitud de grupos en los últimos años en nuestros tours guiados por Arribes del Duero.
Sin embargo, no se trata de un lugar especialmente conocido, de hecho mucha gente de la zona no sabe que la cascada más alta de todo Portugal continental se encuentra a menos de una hora y media de las ciudades de Salamanca y Zamora, y muy cerca de algunos de los lugares más visitados de Arribes del Duero, como es el caso de Fermoselle o Miranda do Douro, éste último ya en la parte de Portugal (en el citado Douro Internacional).
A este desconocimiento ha contribuido que otra cascada mucho más popular la ha eclipsado: el Pozo de los Humos, situado justo al otro lado del río Duero, a unos 15 km en línea recta, aunque por carretera la distancia es mucho mayor. Sabiendo que las comparaciones son odiosas, en este caso hay que decir que, pese a que la altura de ambas cataratas es semejante, el caudal del arroyo que forma la Faia da Água Alta es mucho más estacional que el río Uces, lo que nos obliga a visitarla en momentos en los que ha habido abundantes lluvias. Depende del año, naturalmente, pero lo normal es que tenga agua suficiente a finales del invierno y comienzos de primavera (meses de marzo y abril, sobre todo).
Para llegar a la cascada hay que tomar un camino que parte de Lamoso, la pequeña localidad en cuyo término se encuentra la Faia da Água Alta y que también da nombre al curso de agua que la alimenta: la Ribeira de Lamoso, un arroyo con el que nos vamos a encontrar en nuestro recorrido hacia la cascada, de unos 2 km de distancia, y que más abajo de la catarata, tras unirse a otros arroyos, acabará desembocando en el río Duero. Hay que decir que existe una ruta señalizada diferente a la que vamos a describir aquí, más larga (de 8,6 km) y circular, que lleva a la cascada desde Bemposta (más información aquí) y que incluye en su recorrido otros recursos de interés.
El camino, debidamente señalizado, parte de la carretera que sale hacia Tó, a las afueras de Lamoso y a mano izquierda, después de atravesarlo si venimos de Bemposta, o bien justo antes de entrar en él y a mano derecha si accedemos desde Mogadouro.
El camino se encuentra en buen estado pero no es demasiado apto para un turismo, así que lo más recomendable es hacerlo a pie. Advertiremos que hemos llegado a la cascada, además de por el sonido del agua al caer, porque alcanzamos un pequeño aparcamiento que cuenta con un refugio y un panel informativo que nos recuerda que estamos ante uno de los monumentos naturales más importantes de este parque natural, ubicado en los confines del norte de Portugal. El paisaje aquí, más allá de la caída de agua, es espectacular. La vegetación predominante es típicamente mediterránea (olivos, jaras, almendros, tomillos…), como no podía ser de otro modo.
La infraestructura que se ha construido en torno a la cascada nos va a permitir hacer un recorrido circular alrededor de ella. Se han instalado varios puentes y pasarelas, y se han delimitado unos senderos para poder apreciar la catarata desde distintas perspectivas, aunque desde algunos puntos parte de la caída de agua no se ve apenas debido a la vegetación, que en este rincón tan húmedo ha prosperado con mucho vigor.
Finalmente comentar que en nuestras visitas hemos visto cómo algunas personas se han aventurado a introducirse bajo la cascada, saliéndose para ello del itinerario marcado. Esto resulta enormemente peligroso, sobre todo en los meses en que la cascada tiene más fuerza, pues el suelo se encuentra muy húmedo y resbaladizo, especialmente las rocas. Este lugar merece ser visitado, pero no vale la pena arriesgar la vida, ya que, como se ha dicho, se han habilitado estructuras que permiten disfrutar de la cascada sin ningún riesgo, aunque en tiempo húmedo conviene extremar las precauciones aún cuando no nos salgamos del recorrido establecido.
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