En Ledesma, localidad salmantina situada junto al río Tormes, hay multitud de elementos de interés que no puedes dejar de visitar. De hecho, la villa ostenta la merecida categoría de Conjunto Histórico y ha sido oficialmente elegida como uno de los pueblos más bonitos de España. Nosotros conocemos bien esta población, pues la solemos incluir en nuestros tours privados por Arribes del Duero con salida desde Salamanca y también realizamos visitas guiadas específicas para conocer el patrimonio monumental de Ledesma.
Lo que hoy observamos en sus calles es el reflejo del esplendor que esta población tuvo en el pasado, aunque Ledesma sigue siendo la cabecera de la comarca y, por tanto, ofrece todos los servicios (hostelería, gasolinera, cajeros, farmacia…) que el turista o visitante puede demandar.
Afortunadamente, los principales recursos turísticos han sido recientemente enlazados en un recorrido que además está bastante bien señalizado, lo que nos permite ir descubriéndolos a la vez que obtenemos una información básica sobre ellos a través de los respectivos paneles que se han colocado a tal efecto. Si seguimos las flechas amarillas, tal y como si estuviésemos haciendo el camino de Santiago, iremos completando esta ruta cultural por el interior de la localidad.
A destacar la situación estratégica de Ledesma, también para el turismo, pues se encuentra muy cerca de Salamanca (35 km), del parque natural de Arribes del Duero (42 km) y también de Zamora (54 km).
El primer elemento a destacar en Ledesma es el río. En esta parte, el Tormes discurre encajado entre berrocales graníticos, lo que da un aspecto singular al entorno de la localidad y a la vez le sirvió de defensa natural en el pasado. En la parte del río hay que destacar, obviamente, la presencia del puente de Ledesma. El conocido popularmente como Puente Viejo es de origen medieval y ya nos anuncia que lo que aquí hubo fue una importante villa. Es un puente corto, por la referida estrechez del cauce, pero muy alto, mucho más que, por ejemplo, el puente romano de Salamanca, construido también sobre las aguas del río Tormes.
Junto al puente, en el extremo opuesto al que se ubica la localidad, nos encontramos con la ermita de la Virgen del Carmen, patrona de Ledesma, cuya construcción data del siglo XVI aunque posteriormente ha sido remodelada. También en las inmediaciones del río encontramos un mirador en cuya parte central se encuentra una gran pieza cilíndrica de roca granítica, que tradicionalmente se ha denominado el menhir, aunque hay bastantes dudas de que realmente lo sea. En cualquier caso merece la pena acercarse a verlo e incluso iniciar allí el recorrido por la localidad, pues junto al mirador hay un aparcamiento turístico donde podemos dejar nuestro vehículo para completar el recorrido por el casco urbano a pie.
Ya en el interior de la localidad, un buen lugar desde el que iniciar la visita a Ledesma es la iglesia de San Miguel, convertida en Bletisa, centro de interpretación histórica de Ledesma. Allí, además de ampliar conocimientos sobre el pasado de la villa a través de un más que notable equipamiento museográfico, nos informarán de todo lo que podemos ver en ella.
Igualmente, si queremos informarnos, podemos visitar de inicio la oficina de turismo, situada en la Plaza Mayor, donde también se encuentra la imponente iglesia de Santa María la Mayor (finales del s. XV-principios del s. XVI), declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Otras construcciones interesantes que encontramos en la misma plaza son el Palacio de los Trasmiera (donde se encuentra el actual ayuntamiento) o el Palacio de Beltrán de la Cueva (también llamado Casa de los Roderos). En realidad, paseando por Ledesma vamos a toparnos con numerosas casonas señoriales y palacetes de otros tiempos que hoy lucen su intenso sabor histórico. Todas ellas están construidas empleando sillares graníticos, pues este excelente material constructivo (el granito) es la roca natural que aflora en toda esta zona del oeste de la provincia de Salamanca.
No lejos de la Plaza Mayor (bueno, en realidad en Ledesma nada está lejos) encontramos la Puerta o Arco de San Nicolás, la única que actualmente se conserva. Cuenta la leyenda que la puerta recibe este nombre porque aquí el señor musulmán de la villa mandó martirizar a su hijo Alí, bautizado como Nicolás y llamado Nicolasín, junto a los clérigos Leonardo y Nicolás, quienes lo habían convertido a la fe cristiana.
Ya que estamos admirando la parte conservada del antiguo recinto amurallado, es obligado que visitemos el castillo de Ledesma, más conocido como la Fortaleza. En los jardines que hay justo antes del acceso a su interior (si deseamos entrar podemos pedir las llaves en el bar que hay en frente) nos recibe un verraco prerromano descabezado. Se cuenta que en Ledesma hubo varios de estos verracos y que fueron arrojados al río. Lo cierto es que éste apareció en los años 50 del siglo XX cuando se construían unas escuelas.
Pero la estampa más bella del castillo, monumento también declarado BIC, se obtiene no del lado de los jardines, sino accediendo a él por la parte de atrás, donde hay otra entrada, la puerta sur del castillo, flanqueada por dos cubos. La fortaleza tiene su origen en el siglo XII, aunque gran parte de lo que ahora vemos se debe a reformas posteriores.
Otro de los edificios emblemáticos de la villa es el Hospital de San José (edificio del siglo XVIII), situado junto al paseo con vistas al Tormes. Actualmente sirve de residencia a una congregación religiosa mixta, aunque cuenta en su interior con dos salas de exposiciones, en la que se muestran algunas de las obras de uno de los miembros de dicha congregación.
Situado muy cerca del anterior, encontramos otro edificio histórico, fundado igualmente con fines benéficos: la Casa de la Alhóndiga, que data del siglo XVI y está construida en estilo gótico tardío.
A las afueras del pueblo encontramos una de las edificaciones más antiguas de Ledesma, la iglesia románica de Santa Elena, aunque cuenta con añadidos posteriores, como la sacristía o la espadaña barroca. De nuevo la iglesia ha sido declarada Bien de Interés Cultural y está rodeada por un espacio ajardinado que embellece más aún este magnífico templo medieval.
Si continuamos por la carretera que pasa junto a la iglesia de Santa Elena y avanzamos un par de kilómetros (la carretera se dirige a Golpejas aunque por ella también se puede ir a Salamanca), encontraremos el Caño del Cerezo, una fuente neoclásica (del siglo XVIII) situada en la dehesa del mismo nombre: el Cerezo. La fuente está construida en granito aunque lleva incrustados varios escudos realizados en la famosa piedra de Villamayor (no confundir con Villarmayor, localidad a 8 km de Ledesma), tan utilizada en la ciudad de Salamanca.
A pocos metros de la fuente, también junto a la carretera y en la misma dehesa, se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Rosario, cuya espadaña fue trasladada piedra a piedra desde la cercana localidad de Mazán, donde se hallaba en estado ruinoso. El resto del edificio fue reconstruido, siendo toda la obra patrocinada por los actuales propietarios de la finca.
Solo un apunte final, referido a la gastronomía típica de Ledesma. No puedes irte de la villa sin probar una de sus especialidades más reconocidas: las pequeñas y deliciosas rosquillas de Ledesma.
Qué ver en los alrededores de Ledesma
En realidad en las líneas anteriores ya habíamos salido de la localidad. Continuando por la estrecha carretera que nos lleva al Caño del Cerezo, y que discurre entre los tradicionales muros de piedra que cercan las fincas que hay a cada lado, llegamos a Espino de los Doctores, pequeñísima población donde nos sorprende una espadaña exenta que parece proceder del pequeño templo en ruinas que hay solo unos metros más atrás.
Los amantes de la bicicleta de montaña están de suerte porque se han señalizado varias rutas btt que parten de Ledesma y permiten conocer algunos de los parajes más bellos de sus alrededores.
También muy cerca de Ledesma, aunque en otra dirección, encontramos el Puente Mocho, situado en la antigua calzada que unía Coria con Zamora.
Desde Naturaliste también te ofrecemos la visita a una dehesa (la finca Gusende Moscosa) donde se crían los toros bravos de la ganadería Antonio Palla. Esta dehesa se encuentra muy cerca de Ledesma, a solo 10 km, en la localidad de El Campo de Ledesma.
Entre otras cosas, Ledesma es una localidad conocida por sus aguas termales. Pese a ello, el Balneario (los Baños de Ledesma), que ya era utilizado en época romana, no se encuentra en la misma población sino a 11 km, a orillas del río Tormes.
Ya en la provincia de Zamora, pero solo a 15 km de Ledesma, podemos contemplar las ruinas del Castillo del Asmesnal, situado en la dehesa de este nombre, pero perfectamente visible desde la carretera.
También en la provincia de Zamora, concretamente en la localidad sayaguesa de Almeida, situada a 21 km de Ledesma, podemos visitar el dolmen del Casal del Gato.
Otro de los puntos de interés cercanos a Ledesma es la Fundación Tormes, que se encuentra en Almenara de Tormes, a 17 km de Ledesma. Se trata de un espacio dedicado a la educación ambiental, muy interesante para visitar con niños, y que cuenta también con un albergue. En esta misma localidad se encuentra la iglesia románica de Santa María la Mayor, declarada Bien de Interés Cultural.
En el pueblo de Juzbado encontramos un museo de temática geológica, el Museo de la Falla. Merece la pena hacer un alto en el camino (entre Ledesma y Salamanca) para visitarlo.
Pero quizá los principales atractivos turísticos de las proximidades de Ledesma sean Salamanca, a solo media hora en coche, y el parque natural Arribes del Duero, en especial Fermoselle (ya en la provincia de Zamora, a 45 minutos de Ledesma), villa célebre por sus bodegas, que también está declarada conjunto histórico y además ofrece un delicioso paseo en barco por el Duero, que puedes reservar con nosotros.
En fin, con estas líneas informativas hemos pretendido mostrarte qué es lo que puedes ver en Ledesma y zonas aledañas, esperando despertar la curiosidad del visitante y animándote a estirar la visita a esta bella localidad salmantina.
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