Como ya hicimos con otros municipios portugueses fronterizos, como los de Bragança, Vimioso, Miranda do Douro o Mogadouro, acometemos ahora la tarea de destacar algunos de los puntos que poseen mayor atractivo para quienes visiten Macedo de Cavaleiros, que se encuentra un poco más hacia el interior de Portugal, pero nada lejos de las provincias de Zamora y Salamanca. Nosotros conocemos muy bien toda esta zona del noreste portugués, ya que somos de muy cerca y además se la hemos enseñado a mucha gente como guías acompañantes.
«Los segadores» (Macedo de Cavaleiros)
Curiosamente, el lugar de mayor interés turístico del municipio, desde luego el más concurrido, se encuentra fuera de la localidad que ejerce como cabecera del mismo y le da nombre. Se trata del paisaje protegido de la Albufeira do Azibo, un pequeño pero espectacular embalse cuyas playas fluviales se encuentran a unos 11 km de Macedo de Cavaleiros (y a 33 km de Bragança). Se trata de un lugar ideal para darse un chapuzón, para pasar el día en familia o para disfrutar de los deportes acuáticos. Este pantano, pese a su origen artificial, destaca por estar absolutamente integrado en el entorno, tanto que casi parece un lago natural.
Albufeira do Azibo
Además, la Albufeira do Azibo cuenta con una estupenda infraestructura turística: playas limpias, zonas de césped para hacer un picnic (aunque sombra hay poca, la verdad), merenderos, chiringuitos con terraza, aparcamientos, restaurantes, rutas para hacer a pie o en bicicleta, pistas (de voley playa y fútbol playa, entre otros) alquiler de piraguas, paseos en barco, socorristas, parque infantil, etc; y además todo muy bien cuidado (este área de ocio cuenta con un servicio de limpieza del entorno, que varias veces hemos visto trabajando).
Playa de la Fraga da Pegada
La albufeira tiene un embarcadero y dos playas; la más frecuentada es quizá la Praia da Ribeira, por encontrarse en primer lugar nada más acceder al embalse desde la A-4. Se trata de una de las playas fluviales más prestigiosas de Europa, ostentando la condición de ser la que lleva más años consecutivos con Bandera Azul, por lo que figura en las listas europeas de los mejores lugares turísticos del continente. Esta playa fluvial fue también elegida como una de las siete maravillas de Portugal en la categoría de playas (compitiendo aquí con todas las que se encuentran en el extenso litoral portugués).
En cualquier caso, nosotros no recomendamos ir a esta playa en agosto (como solemos decir para casi cualquier otro sitio) pues lo habitual es que nos encontremos con demasiada gente, ya que el lugar es muy conocido en toda la región trasmontana (y en todo el norte de Portugal) e incluso a este lado de la frontera. Creemos que es mejor época junio, julio o septiembre, aunque obviamente cada uno va cuando puede.
Un camino circunda la Albufera de Azibo, ideal para dar un paseo en bici
La Albufeira do Azibo dispone de otra playa, la Praia da Fraga da Pegada, que destaca por contar con un parque acuático que permite realizar actividades como remo, windsurf, piragüismo o vela.
Pero Macedo de Cavaleiros no es solo la Albufeira do Azibo, también hay otras cosas que ver. Tal vez el segundo recurso turístico en importancia dentro del municipio es el extenso geopark o parque geológico Terras de Cavaleiros, que cuenta con nada menos que 42 geositios de interés que podemos visitar. Estos lugares nos permitirán retroceder millones de años en la historia de la Tierra y hasta visitar los indicios geológicos de dos antiguos continentes y un océano. De nuevo tenemos que salir de la localidad de Macedo si queremos disfrutar de la riqueza geológica de este espacio, aunque algunas de las 24 rutas señalizadas por el geoparque sí parten del núcleo urbano.
Cartel indicador de una de las rutas del geoparque Terras de Cavaleiros
Por lo demás, Macedo de Cavaleiros es una localidad ideal para dar un agradable paseo. Cuenta, desde luego, con todos los servicios que el visitante pueda demandar, por lo que merece la pena pasear por sus calles y descubrir el día a día de sus gentes. También dispone de una gran oferta de alojamientos, lo cual siempre es importante.
Macedo de Cavaleiros
Entre otros equipamientos culturales de interés para el turista o visitante curioso, Macedo de Cavaleiros dispone de un Museu de Arte Sacra donde se exponen distintas piezas de carácter religioso. El museo se encuentra junto a la oficina de turismo, en la Casa Falcão, una antigua vivienda del siglo XVIII que encontramos en el centro de la localidad (puedes consultar su horario de apertura aquí).
Museu de Arte Sacra de Macedo de Cavaleiros
También cuenta Macedo con el museo arqueológico municipal “Coronel Albino Pereira Lopo” (aunque actualmente se encuentra cerrado), situado en una antigua escuela y que recoge materiales e informaciones acerca de la historia del municipio.
Los amantes de la cultura tradicional pueden visitar el Museu Rural de Salselas, localidad además muy próxima a la Albufeira do Azibo. Y hablando de cultura rural y etnografía, es muy recomendable conocer de primera mano el interesantísimo entrudo chocalheiro (carnaval) de Podence, pueblo situado también muy cerca de la Albufeira do Azibo, con sus llamativos y coloridos caretos.
Caretos de Podence (foto: http://br.visitportoandnorth.travel)
En cuanto a los eventos anuales que tienen lugar en Macedo de Cavaleiros, tal vez el más multitudinario sea la Feria de la Caza y el Turismo, que se celebra a principios de año. Como en todas las ferias portuguesas, vamos a encontrar a la venta y en exposición buena gastronomía, diferentes productos de artesanía (elaborados con madera, cuero, corcho, etc.), además de distintas actividades, así como stands con los productos y servicios que tienen que ver con la temática de esta feria tan particular.
Muestra de equitación en la Feria de la Caza y del Turismo de Macedo de Cavaleiros
El municipio cuenta obviamente con muchos otros atractivos. Por ejemplo, es recomendable la visita a la localidad de Chacim, en plena Sierra de Bornes, donde se encuentra el convento de Balsamão, hoy convertido en hotel, así como las ruinas del Real Filatorio, antigua industria dedicada a la producción de seda cuya visita se puede completar con el centro de interpretación dedicado a este asunto que existe a pocos metros de él.
En nuestras visitas también nos han llamado la atención las obras del artesano local José Carvalho, algunas de las cuales se encuentran a la venta en la propia oficina de turismo de Macedo. Se trata de reproducciones en miniatura de viviendas tradicionales de la comarca, así como otros elementos de la cultura popular de esta tierra.
Miniaturas de José Carvalho
Otro recurso de gran interés, especialmente para los amantes de la naturaleza, es la Estación de Biodiversidad de Santa Combinha, pequeña ruta señalizada que parte de esta localidad en la que destaca la gran variedad de mariposas que podemos encontrar durante este corto recorrido. El municipio ha señalizado no solo ésta, sino muchas otras rutas (más información aquí).
Ahora ya sabes qué ver en Macedo de Cavaleiros y su municipio. Esperamos haberte animado a visitarlo. Como ves, tiene bastante que ofrecer al visitante curioso, así que no pierdas la oportunidad de conocerlo.
https://naturaliste.es/wp-content/uploads/2019/03/parque-geologico-terras-de-cavaleiros.jpg530823Naturalistehttps://naturaliste.es/wp-content/uploads/2015/12/logo_340x156px3-300x138.pngNaturaliste2019-03-20 08:53:082020-09-08 00:06:56Qué ver en Macedo de Cavaleiros (Portugal)
Bragança es una pequeña ciudad portuguesa que tiene mucho que ofrecer al visitante. Se encuentra en el extremo noreste de Portugal (en la región de Trás-os-Montes), muy próxima a la frontera española (a solo 19 km de España y a 41 km de Alcañices y Puebla de Sanabria) y en las inmediaciones del Parque Natural de Montesinho, espacio natural del que después hablaremos más detenidamente.
Bragança es también la cabecera de un amplio municipio o concelho y la capital del distrito que lleva su nombre (los distritos portugueses son algo similar a nuestras provincias, aunque con menos peso administrativo). En las siguientes líneas analizaremos qué ver en Bragança, o Braganza, como solemos decir los españoles, y te recordamos que desde Naturaliste ofrecemos visitas guiadas a la ciudad y tours por el parque natural de Montesinho.
Castillo de Bragança
Seguramente el recurso turístico más conocido de la ciudad es su castillo, bien protegido por las murallas que circunvalan la ciudadela. Fue construido a finales del siglo XIII y remodelado en el XV. En su interior, además de acceder al propio edificio histórico, también podemos visitar el Museo Militar de Bragança. De la construcción destacan la Torre del Homenaje, una de las más imponentes de Portugal, y la Torre de la Princesa, donde cuenta la leyenda que en su momento encerraron a una princesa cristiana para evitar que se casase con un musulmán (dicen otras versiones que el encierro fue voluntario y que su amado era un caballero pobre que fue a la guerra y nunca regresó).
Muy cerca del castillo, en la parte más alta de la ciudad, se halla la Domus Municipalis, un pequeño pero interesante edificio histórico que se cree que fue levantado en el siglo XV. Destaca por ser una de las pocas construcciones de arte románico no religioso que se conservan en la Península. Dado que contiene una cisterna, se piensa que su función original era precisamente la de recoger y almacenar el agua de la lluvia, aunque más tarde, ya en el siglo XVI, fue utilizado para celebrar las reuniones del ayuntamiento.
Visita guiada en la Domus Municipalis
También muy próxima al castillo se encuentra la iglesia de Santa María, que combina elementos románicos, barrocos y renacentistas. Destacan las columnas de ladrillo, de estilo mudéjar, el fresco que observamos en el techo y la imagen de Santa María Magdalena que se encuentra en su altar mayor.
Sin salir del casco histórico nos encontramos con un pelourinho o picota, en este caso muy llamativo, por estar incrustada su base en una escultura zoomorfa de origen prerromano que parece imitar a un cerdo.
Pelourinho de Bragança (foto de António Sá, Câmara de Bragança)
Justo enfrente del pelourinho encontramos el Museu Ibérico da Máscara e do Traje. Está dedicado a los rituales de invierno (también llamados obisparras o mascaradas), celebraciones que tienen lugar en distintas poblaciones de ambos lados de la frontera (de ahí lo de ibérico) y cuyo origen se cree que es antiquísimo. Aparte del enorme interés antropológico de estas manifestaciones culturales, la visita es recomendable ya solo por la vistosidad de los trajes.
De visita en el Museu do Traje
Bragança, a falta de una, cuenta con dos catedrales, aunque ninguna de ellas es especialmente antigua, ya que la ciudad pertenecía primeramente a la diócesis de Miranda do Douro. La Sé Velha data del siglo XVI y se encuentra en el centro de la ciudad. En realidad en origen era un convento y solo cuando la sede de la diócesis pasa de Miranda a Bragança (en el siglo XVIII) comienza a ejercer funciones de catedral. Frente a ella, en la Praça da Sé, veremos un precioso crucero de piedra, mientras que detrás de la catedral, casi escondida, se encuentra la amplia Praça de Camões, donde se celebran diversas ferias y eventos.
Por su parte, la Sé Nova es una construcción muy reciente, pues se inauguró en 2001. Se trata de un edificio de estilo contemporáneo diseñado por el arquitecto Vassalo Rosa que se ubica en la parte moderna de Bragança.
Praça da Sé Velha (foto: António Sá, Câmara de Bragança).
Pero si por algo destaca Bragança es por el gran número de museos y centros de visitantes con los que cuenta esta pequeña ciudad, la mayoría además concentrados en una sola calle (la Rua Abílio Beça, que ya empieza a conocerse popularmente como Rua dos Museus).
El más antiguo de todos, y también uno de los más visitados, es el Museu Abade de Baçal, ubicado en el antiguo palacio episcopal. Se trata de un museo de arqueología y bellas artes, un concepto similar a los museos provinciales que tenemos a este lado de la frontera. El Abade de Baçal, la persona que le da nombre, además de ser su primer director fue un erudito local con una personalidad muy interesante que estudió y puso en valor prácticamente todo el patrimonio de la región. Recomendamos encarecidamente la visita, si es posible guiada, a este museo.
Visita guiada al Museu Abade de Baçal
Otro de los espacios visitables que encontramos en Bragança, solo a unos pasos del anterior, es el Centro de Arte Contemporânea Graça Morais, en el que vamos a poder disfrutar de distintas colecciones temporales de pintura, fotografía, escultura, etc. de artistas portugueses y de otras nacionalidades, y en especial de la autora local que da nombre a este espacio: Graça Morais. Los amantes del arte no se lo pueden perder.
Muy cerca se encuentra el Centro de Fotografía Georges Dussaud, situado en el edificio Paulo Quintela. Este centro incluye una colección de 148 fotografías en blanco y negro tomadas en la región de Trás-os-Montes por el fotógrafo que da nombre al centro.
Fuera de esta calle encontramos también otros espacios para visitar. Por ejemplo, junto al río Fervença, allí donde se ubicaba una minicentral hidroeléctrica se ha construido el Centro Ciência Viva, que forma parte de una red nacional de espacios dedicados a la divulgación de la ciencia, sobre todo entre la gente joven. Son centros temáticos dedicados a la geología, la astronomía, etc. En particular, éste se centra en la energía, aunque también aborda otros asuntos. Recomendable sobre todo si se va con niños.
Cerca de él encontramos la Casa da Seda, un centro de interpretación dedicado a la industria de la seda, pues en los siglos XVII y XVIII Bragança era uno de los mayores centros de producción de esta fibra natural de todo Portugal. Una visita llena de curiosidades, también especialmente recomendable si se viaja en familia.
Casa da Seda (foto: palmilheiro.blogspot.com)
En la ciudad hay otros puntos de interés menos conocidos, como el local donde se encontraba el horno comunitario (éste ya no se conserva); dicen que fue el mayor de todo Portugal, ya que parece ser que permitía hacer hasta 96 panes, muy cerca del cual podemos encontrar un viejo puente de piedra sobre el río Fervença.
Este pequeño río atraviesa Bragança de punta a punta aunque, en realidad, la parte antigua de la ciudad se encuentra toda en su margen izquierda, ya que el asentamiento medieval se situaba justo donde el río comienza a encajarse, porque utilizaba el desnivel de sus laderas como elemento defensivo. El río es en sí mismo otro elemento de interés, pues existe una ruta que nos invita a conocer su ribera (el llamado corredor verde do Fervença, con pasarelas, jardines, parques, zonas de ocio) que hace años fue objeto de un acertado proyecto de restauración ambiental e integración en la ciudad.
Ya en la parte moderna de Bragança, en el lugar que ocupaba un antiguo molino de agua tradicional (imposible de reconstruir por su avanzado estado de ruina), se levantó una reproducción del mismo con paneles que explican su funcionamiento, aunque lo cierto es que solemos encontrarlo cerrado casi siempre. Se puede apreciar otro molino, éste “de verdad”, junto a la ya mencionada Casa da Seda, centro que por cierto se levantó donde también había otro molino.
Cambiando de tercio, en uno de los puntos más elevados de la ciudad, ya a las afueras (en el Cabeço de São Bartolomeu), se encuentra el santuario de São Bartolomeu y junto a él un mirador que ofrece una visión deslumbrante de la ciudad y del castillo. Las vistas de las montañas españolas y portuguesas que se obtienen desde éste y otros puntos elevados de la ciudad son espectaculares. De hecho, la carretera que conduce al santuario dispone de otros miradores y se denomina precisamente Estrada do Turismo.
El castillo desde la Estrada de Turismo
La cultura popular es uno de los mayores atractivos de la región de Trás-os-Montes y en particular de Bragança y todo el nordeste trasmontano, como ya vimos al hablar de Miranda do Douro; dentro de ella hay que destacar las mascaradas, ya citadas al hablar del Museu do Traje, que podemos ver desfilar en el Carnaval dos Caretos, donde también se realiza la espectacular queima do diabo.
El diablo que se quema en el Carnaval dos caretos
Como ya hemos hecho para otras localidades portuguesas, recomendamos encarecidamente asistir a cualquiera de los eventos que tienen lugar en la ciudad a lo largo del año. Entre ellos hay varias ferias interesantes, como la del butelo (botillo) y las casulas (vainas secas de las judías), que tiene lugar por carnaval, la de la caza, la pesca y la castaña, que se celebra a principios de noviembre, o la tradicional feria de las cantarinhas, a principios de mayo.
Cartel de la feria de las Cantarinhas
También tiene gran aceptación entre los españoles la pista de patinaje que se coloca en Navidad y, especialmente, la espectacular Fiesta de la Historia (denominado más bien «mercado medieval de Braganza» por los españoles) que se celebra todos los años a mediados de agosto.
Los aficionados a la arquitectura, el arte y la historia pueden disfrutar también de otros edificios emblemáticos de la ciudad, como la Casa del Arco, el Club de Bragança, el convento de San Francisco, la Casa dos Calaínhos, las iglesias de la Misericordia y de San Vicente, el teatro municipal o la Casa dos Morgados.
Interior de la iglesia de la Misericordia
Una buena opción para conocer la ciudad es partir desde la Praça da Sé hacia el castillo por la Rua Abílio Beça y retornar por la Rua dos Combatentes da Grande Guerra, donde se encuentra la iglesia de San Vicente, o viceversa.
Bragança además dispone de todos los servicios que el visitante pueda necesitar, así como de múltiples posibilidades de alojamiento: hoteles, hostales, un «parador» (la pousada) y múltiples casas rurales en sus alrededores. Incluimos un listado de recomendaciones al final de este artículo.
Qué ver en los alrededores de Bragança
Muy cerca de la ciudad hay dos reclamos turísticos del máximo interés. Uno de ellos es el embalse deAzibo, paisaje protegido y lugar ideal para bañarse o practicar deportes náuticos, del que hablaremos más en profundidad en la entrada que le vamos a dedicar al municipio de Macedo de Cavaleiros, en el cual se encuentra. El otro es el Parque Natural de Montesinho, que comienza a 3 km de la ciudad. Se trata de un espacio protegido de montaña en el que no puedes dejar de visitar algunas de sus bellas aldeas de casas tradicionales, como Montesinho, Moimenta, Guadramil o Rio de Onor, ésta última elegida una de las 7 maravillas de Portugal. El parque cuenta con 75.000 hectáreas de una gran biodiversidad, destacando la presencia del lobo ibérico, que puede ser observado en una actividad de ecoturismo. Los pescadores también pueden disfrutar de su afición en los diferentes ríos trucheros que atraviesan, la mayoría de ellos de norte a sur, este parque natural.
Panel informativo del Parque Natural de Montesinho
A 6 km de la ciudad se encuentra Gimonde, localidad conocida por su apreciado pan, así como por su puente medieval, pero sobre todo está muy concurrida los fines de semana por cientos de turistas que hasta ella llegan atraídos por la deliciosa gastronomía que ofrecen sus restaurantes.
También en las proximidades de Bragança se encuentra otro espacio natural muy interesante: la Sierra de Nogueira, donde existe uno de los mayores robledales de Europa. Se trata de un espacio ideal para la práctica de senderismo o de bicicleta de montaña, para lo cual existen varias rutas señalizadas.
Robledales de la Sierra de Nogueira
En la cima de la sierra existe una ermita, que cuenta la leyenda fue construida por mandato de la Virgen, tras aparecerse a una joven pastora muda, que por milagro consiguió hablar. Allí se celebra todos los años romería, del 30 de agosto al 8 de septiembre.
A solo 3 km de Bragança encontramos la localidad de Castro de Avelãs donde se puede visitar lo que se conserva de su antiguo monasterio benedictino, en particular tres ábsides semicirculares de estilo románico mudéjar. Se trata de la única construcción de este tipo, levantada con ladrillo, de todo Portugal. El antiguo convento tuvo una gran importancia histórica (desde el siglo XII hasta el XVI, en el que se abandona) ya que participó activamente en la repoblación de toda la región y atendió a los peregrinos que se dirigían a Compostela.
Monasterio de Castro de Avelãs
Una bellísima localidad del municipio de Bragança, aunque injustamente poco conocida, es Outeiro, donde se pueden visitar los restos de su antiguo castillo y, sobre todo, admirar la belleza de la Basílica del Santo Cristo, obra que no desmerece en nada a las tres catedrales con las que cuenta la diócesis de Bragança-Miranda.
Basilica del Cristo del Outeiro
Otro lugar muy interesante es el principal río del municipio: el río Sabor, que nace en España (en la comarca de Sanabria), aunque la mayor parte de su curso discurre por terreno portugués. Este río sirvió en la antigüedad de límite entre astures (zoelas) y galaicos, los dos pueblos prerromanos que habitaban en este territorio. El Sabor y su principal afluente, el Manzanas o Maçãs, son espacios protegidos que forman parte de la Red Natura 2000. En torno a estos ríos se pueden realizar diversas actividades de aventura, entre ellas rafting y kayak.
Finalmente comentar que el último domingo de mayo se celebra cerca de la localidad de Quintanilha (población muy interesante, por cierto) la romería o fiesta de la Senhora da Ribeira, la popularmente conocida del lado español como Ribiriña o Riberiña. Se trata de un evento internacional, no solo por celebrarse muy cerca de la misma frontera sino también porque a la celebración acuden año tras año cientos de españoles. Junto al acto religioso se disponen multitud de puestos en los que adquirir diversos productos, en especial productos de temporada, como a esa altura suelen ser las cerezas.
Cómo llegar a Bragança
Como siempre ocurre, llegaremos a Bragança por una carretera u otra en función del punto de partida, por lo menos cuando nos desplazamos en coche (hay que recordar que Bragança cuenta con un pequeño aeropuerto que nos permite llegar en avión, sobre todo desde distintos puntos de Portugal).
Si nos encontramos en Portugal, el acceso principal es la A4 que viene de Oporto (si estamos en Miranda do Douro recomendamos enlazar con la nacional 122 de España), mientras que cuando partimos desde España lo más habitual es llegar a Zamora y tomar la carretera nacional 122. Sin embargo, hay excepciones. Por ejemplo, desde Galicia no es preciso alcanzar Zamora, ya que desde Puebla de Sanabria salen dos carreteras que se dirigen a Bragança (nosotros recomendamos la que pasa por Rio de Onor, para visitar esa localidad y porque también pasa muy cerca del Centro del Lobo). Incluso antes de llegar a Puebla tenemos un par de atajos. Son carreteras de montaña para ir despacio y disfrutar del paisaje, como la que pasa por A Mezquita (Ourense) o por Hermisende (Zamora).
También, si se viene desde el norte (por ejemplo desde León o Asturias), al llegar a Benavente hay una alternativa más corta y rápida que pasar por Zamora: tomar la autovía de las Rías Baixas (dirección Puebla de Sanabria) y salirse de ellas para tomar la nacional 631 que abandonamos enseguida para enlazar con la ZA-912 que pasa por Villardeciervos y nos deja en Alcañices, donde simplemente giramos a la derecha para tomar la nacional 122.
Alojamientos que te ofrecemos en Bragança y alrededores:
https://naturaliste.es/wp-content/uploads/2019/01/que-ver-en-braganza.jpg569814Naturalistehttps://naturaliste.es/wp-content/uploads/2015/12/logo_340x156px3-300x138.pngNaturaliste2019-01-23 10:43:382020-11-02 23:12:07Qué ver en Bragança (Portugal)
La Faia da Água Alta es todo un monumento natural. Se trata de una caída de agua o cascada de más de 40 metros de altura. Esta catarata se encuentra en el Parque Natural do Douro Internacional, en territorio portugués (dentro del municipio de Mogadouro) pero muy cerca de la frontera y de las provincias de Zamora y Salamanca. Está en la parte portuguesa del parque natural de Arribes del Duero, una zona que conocemos bien ya que se la hemos enseñado a multitud de grupos en los últimos años en nuestros tours guiados por Arribes del Duero.
Sin embargo, no se trata de un lugar especialmente conocido, de hecho mucha gente de la zona no sabe que la cascada más alta de todo Portugal continental se encuentra a menos de una hora y media de las ciudades de Salamanca y Zamora, y muy cerca de algunos de los lugares más visitados de Arribes del Duero, como es el caso de Fermoselle o Miranda do Douro, éste último ya en la parte de Portugal (en el citado Douro Internacional).
A este desconocimiento ha contribuido que otra cascada mucho más popular la ha eclipsado: el Pozo de los Humos, situado justo al otro lado del río Duero, a unos 15 km en línea recta, aunque por carretera la distancia es mucho mayor. Sabiendo que las comparaciones son odiosas, en este caso hay que decir que, pese a que la altura de ambas cataratas es semejante, el caudal del arroyo que forma la Faia da Água Alta es mucho más estacional que el río Uces, lo que nos obliga a visitarla en momentos en los que ha habido abundantes lluvias. Depende del año, naturalmente, pero lo normal es que tenga agua suficiente a finales del invierno y comienzos de primavera (meses de marzo y abril, sobre todo).
Para llegar a la cascada hay que tomar un camino que parte de Lamoso, la pequeña localidad en cuyo término se encuentra la Faia da Água Alta y que también da nombre al curso de agua que la alimenta: la Ribeira de Lamoso, un arroyo con el que nos vamos a encontrar en nuestro recorrido hacia la cascada, de unos 2 km de distancia, y que más abajo de la catarata, tras unirse a otros arroyos, acabará desembocando en el río Duero. Hay que decir que existe una ruta señalizada diferente a la que vamos a describir aquí, más larga (de 8,6 km) y circular, que lleva a la cascada desde Bemposta (más información aquí) y que incluye en su recorrido otros recursos de interés.
El camino, debidamente señalizado, parte de la carretera que sale hacia Tó, a las afueras de Lamoso y a mano izquierda, después de atravesarlo si venimos de Bemposta, o bien justo antes de entrar en él y a mano derecha si accedemos desde Mogadouro.
Faia da Agua Alta
El camino se encuentra en buen estado pero no es demasiado apto para un turismo, así que lo más recomendable es hacerlo a pie. Advertiremos que hemos llegado a la cascada, además de por el sonido del agua al caer, porque alcanzamos un pequeño aparcamiento que cuenta con un refugio y un panel informativo que nos recuerda que estamos ante uno de los monumentos naturales más importantes de este parque natural, ubicado en los confines del norte de Portugal. El paisaje aquí, más allá de la caída de agua, es espectacular. La vegetación predominante es típicamente mediterránea (olivos, jaras, almendros, tomillos…), como no podía ser de otro modo.
La infraestructura que se ha construido en torno a la cascada nos va a permitir hacer un recorrido circular alrededor de ella. Se han instalado varios puentes y pasarelas, y se han delimitado unos senderos para poder apreciar la catarata desde distintas perspectivas, aunque desde algunos puntos parte de la caída de agua no se ve apenas debido a la vegetación, que en este rincón tan húmedo ha prosperado con mucho vigor.
Finalmente comentar que en nuestras visitas hemos visto cómo algunas personas se han aventurado a introducirse bajo la cascada, saliéndose para ello del itinerario marcado. Esto resulta enormemente peligroso, sobre todo en los meses en que la cascada tiene más fuerza, pues el suelo se encuentra muy húmedo y resbaladizo, especialmente las rocas. Este lugar merece ser visitado, pero no vale la pena arriesgar la vida, ya que, como se ha dicho, se han habilitado estructuras que permiten disfrutar de la cascada sin ningún riesgo, aunque en tiempo húmedo conviene extremar las precauciones aún cuando no nos salgamos del recorrido establecido.
https://naturaliste.es/wp-content/uploads/2018/12/cascada-portugal.jpg563450Naturalistehttps://naturaliste.es/wp-content/uploads/2015/12/logo_340x156px3-300x138.pngNaturaliste2019-01-01 15:56:032020-12-27 17:41:39Una cascada en el norte de Portugal: Faia da Água Alta
La villa de Mogadouro es la cabecera del municipio (también llamado concelho) del mismo nombre, situado dentro del distrito (la «provincia») de Bragança. Tal y como hemos hecho para otros municipios portugueses fronterizos de Miranda do Douro, Vimioso, Macedo de Cavaleiros y Bragança, vamos a hablar sobre qué ver en Mogadouro así como en sus alrededores (básicamente su municipio), un territorio que posee una oferta turística y de ocio tan interesante como poco conocida, al menos para los españoles. Nosotros conocemos bien toda esta zona del noreste portugués, ya que somos de muy cerca y además se la hemos enseñado a mucha gente como guías acompañantes.
Quizás el monumento más conocido de Mogadouro sean las ruinas de su castillo medieval, situado en la parte alta de la localidad y cuyo origen parece remontarse al siglo XII. En verdad no puede hablarse ya de castillo en sentido pleno, pues de la antigua fortificación tan solo se conserva la torre del homenaje y algún fragmento del lienzo de muralla (además de una de sus antiguas puertas). En el interior del antiguo recinto amurallado vemos una torre, construida con posterioridad (ya en el siglo XVII); se trata de la llamada Torre do Relógio. El castillo fue habitado por los Távora, familia noble muy próxima a la corona portuguesa hasta su caída en desgracia ante el rey.
Castillo de Mogadouro y Torre do Relógio
De la importancia de Mogadouro para la nobleza da idea el regalo que se le hizo al Duque de Wellington: una finca para cazar, que al parecer nunca llegó a visitar, y que corresponde en buena medida a la conocida Quinta da Nogueira, en la que está incluido el Monóptero de São Gonçalo, del que después hablaremos.
También de gran interés es el pequeño museo o aula arqueológica de Mogadouro. Se trata de una sala en la que se exponen diferentes materiales (estelas funerarias, molinos de mano, piezas de cerámica, etc.) procedentes de los yacimientos que se han excavado en la zona. La visita libre es gratuita y muy recomendable, en especial para los aficionados a la historia.
Sala museo de arqueología de Mogadouro
Otro de los principales monumentos de Mogadouro es la iglesia de San Francisco y su fachada de estilo manierista. Es obra del siglo XVII, aunque el convento franciscano al que se encuentra adosada es anterior (del XV). En el antiguo convento están instaladas las dependencias de la câmara municipal (ayuntamiento), incluido el salón de plenos y todas las oficinas. En el claustro hay una serie de paneles de hierro forjado, perforados para contar la historia de la villa y su contorno, así como una magnífica estatua de San Francisco en bronce.
Iglesia de San Francisco
Igualmente resulta de gran interés la iglesia parroquial (igreja matriz) de Mogadouro, del siglo XVI, aunque con adiciones posteriores, como es el caso de la torre del campanario, añadida en el siglo siguiente. Se encuentra en la parte más alta de la localidad, muy cerca del castillo. Los amantes del patrimonio religioso cuentan con otra iglesia de la misma época que es posible visitar: la iglesia de la Misericordia.
Igreja matriz de Mogadouro
Hay que destacar asimismo el Parque da Vila, en el que se asientan la Casa das Artes e Oficios, que alberga las oficinas de turismo y dispone de salas para exposiciones y otras actividades. Otro espacio cultural interesante es la Biblioteca Municipal Trindade Coelho, edificio que recibió un premio nacional de arquitectura y que contiene el archivo de dicho escritor, natural de Mogadouro (frente a la iglesia de San Francisco tiene dedicada una estatua). También dispone de una sala multiusos en la que, entre otras cosas, se imparten las clases de la Universidade Sénior de Mogadouro.
Obviamente, Mogadouro dispone de todos los servicios que el visitante puede demandar. Además, cuenta con una impresionante Casa da Cultura, situada en pleno centro (a destacar su impresionante auditorio), en la que a lo largo del año se realizan multitud de actividades lúdicas y culturales.
Y hablando de actividades, no podemos olvidarnos de las innumerables ferias que tienen lugar en distintos puntos del municipio, entre las que destacan los Gorazes (feria con reminiscencias medievales, el fin de semana del 15 de octubre), las Amendoeiras em flor (los fines de semana de marzo) y la Feira dos Cogumelos (segundo fin de semana de noviembre).
Cartel de la Feria Gorazes
Hay que decir que pasear por las calles de Mogadouro es realmente un placer, ya que, como ocurre en otras localidades portuguesas de la zona, presenta un entramado urbano bastante agradable y cuidado, en especial los ajardinamientos, rotondas y otros espacios ornamentales que reconfortan el espíritu del paseante.
Pasear por Mogadouro es todo un placer
Uno de los elementos más llamativos en este sentido es la rotonda que encontramos nada más entrar (o salir) de Mogadouro, si lo hacemos desde Bragança o Macedo de Cavaleiros (N-216) o también desde Vimioso (N-219), en la que se han colocado varias reproducciones de setas (cogumelos, en portugués) a tamaño gigante, obra del escultor mogadourense Manuel Barroco. Esto tiene que ver, además de con la abundancia y diversidad de setas que hay en la zona (Mogadouro está registrada a nivel estatal como Capital do Cogumelo), con la presencia en el concelho de una potente asociación micológica (A Pantorra) que todos los otoños realiza diversas actividades relacionadas con el mundo de los hongos, entre ellas la feria que antes citábamos.
La rotonda de las setas
Como ocurre en otras localidades, Mogadouro cuenta también con su pelourinho(equivalente a nuestras picotas o rollos, en los que igualmente se impartía justicia), al igual que los vamos a encontrar en otras localidades de los alrededores (Castro Vicente, Bemposta, Azinhoso, etc.).
En breve va a abrir sus puertas el Centro interpretativo do Mundo Rural, un edificio de corte moderno, sin tejado (al estilo del famoso arquitecto portugués Sisa Vieira) en cuyos alrededores se está habilitando un espectacular parque (Parque do Juncal). El centro ofrecerá exposiciones sobre diversos temas relacionadas con el mundo rural y contará con una sala de juegos interactiva para niños.
Qué ver en los alrededores de Mogadouro
En un territorio tan extenso como es el municipio o concelho de Mogadouro (758 km²), es normal que en el conjunto de sus pequeñas poblaciones encontremos tantos o más recursos turísticos y visitables que en la propia cabecera, sobre todo porque buena parte del municipio se encuentra dentro del Parque Natural do Douro Internacional (de hecho este espacio natural tiene su sede en Mogadouro), prolongación en Portugal de nuestro Parque Natural de Arribes del Duero.
A solo 11 km de Mogadouro podemos visitar las ruinas del castillo de Penas Róias, situado junto al pueblo del mismo nombre. Se trata de una construcción defensiva que perteneció a la orden de los templarios y que desempeñó un papel fundamental en la defensa de este territorio frente a las incursiones musulmanas así como en la consolidación de la frontera entre Portugal y el Reino de León. La visita merece la pena, no solo para conocer de cerca las torres que aún se mantienen en pie, sino por las excelentes vistas que nos ofrece el lugar.
Castillo de Penas Róias
A continuación vamos a comentar otros dos lugares de recomendable visita que se encuentran muy próximos entre sí y tienen un elemento en común: ambos están relacionados con el agua. El primero de ellos es la mayor cascada (en lo referente a su altura) de todo Portugal continental, la Faia da Água Alta, situada en Lamoso (a 20 km de Mogadouro), desde donde hay que realizar un paseo de unos 2 km a pie, aunque el objetivo final bien lo merece.
Faia da Água Alta
El segundo recurso turístico ligado al agua, también dentro del parque del Douro Internacional, son los paseos en barco que se realizan desde el embarcadero de Bemposta (muy cerca también de la localidad zamorana de Fermoselle). Se trata de un pequeño crucero de dos horas y media de duración que puedes reservar con Naturaliste.
Navegando entre Bemposta y Fermoselle
Otro recurso con el que cuenta el municipio, también vinculado al agua, es el resultado de la polémica construcción del embalse del Baixo Sabor, concluida en 2014, que se ha terminado por denominar Lagos do Sabor, marca recién creada y promovida por los municipios en los que se encuentra el citado embalse (entre ellos el de Mogadouro) que pretende dar a conocer sus espectaculares paisajes, su rico patrimonio cultural y, cómo no, las actividades acuáticas que se están ofertando en este embalse.
Uno de los monumentos más originales del municipio de Mogadouro es el llamado Monóptero de São Gonçalo, una curiosa construcción en granito de estilo barroco y planta circular. Se encuentra en una finca privada (la Quinta Nova) pero es visitable (eso sí, el acceso es a través de un camino cuyo tramo final es preferible hacerlo a pie). Su función no está clara, se sabe que debe su nombre a la inmediata ermita (ya desaparecida) dedicada a San Gonzalo y parece que pudo servir para venerar esta imagen. Al monóptero se puede llegar desde la zona industrial de Mogadouro y también desde la localidad de Penas Róias. Ambos accesos son por camino y no excesivamente buenos.
Monóptero de São Gonçalo
Otros de los lugares que los aficionados a la historia y el patrimonio no pueden dejar de visitar es el castro de Vilarinho dos Galegos, situado en la localidad del mismo nombre, en las proximidades del río Duero (obviamente dentro del parque del Douro Internacional). Este asentamiento data de la Edad del Hierro y parece que el lugar fue elegido por sus moradores por disponer de importantes defensas naturales a las que se añadieron otras creadas por sus habitantes, como el foso, las murallas y un campo de piedras hincadas que hoy podemos contemplar gracias a los trabajos arqueológicos realizados en los últimos años.
Aunque el curso bajo de los ríos Sabor y Duero, que flanquean el municipio de Mogadouro, hace que la zona no tenga una gran altitud, existe una elevación muy marcada: la Serra da Castanheira. Tal vez lo de Serra es un nombre muy pretencioso, teniendo en cuenta sus dimensiones, aunque el punto más elevado (el alto de Nossa Senhora da Assunção) no alcanza por muy poco los mil metros de altitud. A este alto es posible ascender andando o en vehículo (existe una pista adoquinada que sube a él desde el pueblo de Castanheira). En dicha cumbre existe un merendero y encontramos también la pequeña ermita de Nossa Senhora da Assunção, al lado de dos enormes aerogeneradores.
Castro de Vilarinho dos Galegos
El municipio cuenta con varias aldeas que merecen ser visitadas. Una de ellas es Azinhoso, por su arquitectura bien cuidada y, sobre todo, por su interesante iglesia románica, con interesantes pinturas murales y una tumba medieval perteneciente a un peregrino a Santiago. Además dispone de un pequeño museo de arte sacro anexo a la iglesia y un pelourinho frente a ella.
Otra localidad digna de visitar es Macedo do Peso, en cuya iglesia se conserva un relicario dorado del siglo XVII, muy interesante y con gran cantidad de leyendas asociadas a él para liberar a las personas del «mal de ojo», envidias, tormentas, etc. Al fondo de la aldea también encontramos un bello puente medieval bien conservado.
Igualmente recomendamos hacer parada en Algosinho, especialmente para conocer su sencilla iglesia románica, conservada sin apenas alteraciones desde finales del siglo XIII.
Iglesia románica de Algosinho
Por otra parte, de camino a Mogadouro desde Vimioso, en Macedo do Peso, hay plantados más de 20.000 almendros que en el mes de marzo son un verdadero espectáculo. También otros paisajes impresionantes en esta época los vamos a encontrar en las riberas del río Sabor, en la aldea abandonada de Santo André.
Finalmente recomendamos la visita a alguno de los miradores (en portugués, miradouros) al Duero/Douro con los que cuenta el municipio, como el de Cardal do Douro o el de Picões.
Alojamientos recomendados en el concelho de Mogadouro:
https://naturaliste.es/wp-content/uploads/2018/12/turismo-mogadouro.jpg563420Naturalistehttps://naturaliste.es/wp-content/uploads/2015/12/logo_340x156px3-300x138.pngNaturaliste2018-12-24 17:34:022022-04-02 22:23:51Qué ver en Mogadouro (Portugal)
La reciente declaración de nuestro territorio de frontera como Reserva de la Biosfera “Meseta Ibérica”, tal y como era previsible, se ha acogido con cierto escepticismo por parte de la población local, cansada seguramente de grandes titulares que casi siempre se convierten en nada, cuando no en perjuicio de su calidad de vida. Como en el cuento de Pedro y el lobo, cada vez es más difícil que la gente crea lo que dice la administración.
Pero lo cierto es que, objetivamente, esta declaración supone una gran oportunidad para nuestra tierra. Aunque aún está por ver si se traduce en algo positivo, está claro que por estas tierras no estamos para desperdiciar oportunidades. En nuestra mano queda (en la de todos) el aprovecharlo o no. Se ve con cierta claridad que ha de ser la iniciativa privada la que tire del carro en este caso. Y en ello estamos. A Naturaliste le costó (en su momento) varios meses de trámites conseguir el derecho a usar el logotipo de la Reserva, pero ya lo tenemos y ahora podemos emplearlo para que nos ayude a vender nuestro producto turístico.
Logotipo de “Meseta Ibérica”
Meseta Ibérica no es la única reserva de la biosfera transfronteriza, de hecho tenemos otra muy cerca (la de Gerês-Xurés, en la frontera entre Galicia y Portugal), pero sí es la reserva internacional con mayor superficie de toda Europa. Abarca un vasto y heterogéneo espacio que incluye territorios de las provincias de Zamora y Salamanca, así como del distrito de Bragança.
Ámbito geográfico de la reserva
Pero, ¿qué es una reserva de la biosfera? Antes de nada conviene tener esto claro y no llevarnos a engaño. Los territorios que aparecen bajo esta figura (asignada por la UNESCO) son siempre espacios de gran valor ambiental, aunque proteger la biodiversidad, siendo uno de sus objetivos fundamentales, no es el único que se persigue con la declaración. Se habla siempre de compatibilizar esta conservación con el respeto a ladiversidad cultural del territorio que integra la reserva de la biosfera, así como con su desarrollo económico y social, especialmente a través de la relación entre el hombre y el medio. No es mala idea. Se busca también la creación de modelos y experiencias de desarrollo sostenible que se demuestren efectivos y sirvan de modelo, es decir, que puedan aplicarse en otros lugares.
Contemplación, naturaleza y salud. Paisaje primaveral a las afueras de Bragança (Portugal)
En realidad, dentro de una reserva de la biosfera existen varios tipos de zonas: en primer lugar se definen las zonas «núcleo», cuya principal función es la conservación. Existen también zonas «tampón» que amortiguan de algún modo el efecto de la actividad humana sobre las primeras. Finalmente se establece una zona de transición, donde se promueven actividades económicas sostenibles que favorezcan el desarrollo socioeconómico de las poblaciones locales. En este último aspecto (y en todos, en realidad) la implicación de la población local es fundamental para que una reserva de la biosfera pueda cumplir sus objetivos.
La ganadería extensiva es una actividad económica a proteger
Por el momento, en lo que más se ha avanzado por parte de los promotores de nuestra reserva (la agrupación hispano-lusa ZASNET) es en la reglamentación del uso del logotipo que la representa, lo cual no dice mucho en su favor. Esperamos que esta situación cambie y en breve “se note” un poco más que nuestro territorio es toda una reserva de la biosfera.
El patrimonio cultural juega un papel fundamental en las reservas de la biosfera
Desde nuestro punto de vista, la importancia de la declaración reside en que una reserva implica, al menos en teoría, un mayor conocimiento de este espacio por parte de la población (española, europea, ¿mundial?), que es algo de lo que adolecemos por estas latitudes. Dicho de otro modo, si no recibimos más visitantes, entre otras cosas, es porque nuestro territorio apenas se ha dado a conocer y además está “mal situado”, aunque de esto último hablaremos con más detalle en otra entrada de este blog.
https://naturaliste.es/wp-content/uploads/2018/11/reserva-biosfera-meseta-iberica.jpg390534Naturalistehttps://naturaliste.es/wp-content/uploads/2015/12/logo_340x156px3-300x138.pngNaturaliste2018-11-14 22:50:012019-10-24 19:14:00Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica: una oportunidad que tenemos que aprovechar
Zamora es una ciudad que nadie debe dejar de visitar. De hecho, quien la conoció hace dos o tres décadas, al volver suele llevarse una grata sorpresa porque su aspecto ha mejorado ostensiblemente en los últimos años. Gran parte de su patrimonio se ha recuperado: a destacar la parte de la muralla medieval que se ha ido descubriendo y también el paseo por las orillas del Duero, verdadero pulmón de la ciudad, junto al bosque de Valorio, de los que más adelante hablaremos.
Zamora desde la margen izquierda del Duero
De Zamora siempre se ha resaltado su rico patrimonio arquitectónico, sobre todo el de estilo románico, pues se trata de la capital europea que concentra en su núcleo urbano el mayor número de edificios de este estilo artístico. Pero ya veremos que Zamora es mucho más que arte románico.
Qué ver en Zamora en un día
Como en Naturaliste sabemos que el turista no siempre dispone del tiempo suficiente para visitar todos los lugares que merece la pena ver en la capital, en primer lugar vamos a hablar de aquellos que no te puedes perder bajo ningún concepto, para después ir desgranando otros puntos calientes de los que poder disfrutar si se dispone de varios días de estancia en la ciudad del Duero. En este sentido te ofrecemos la posibilidad de realizar una visita guiada a Zamora que en pocas horas te proporcionará una visión bastante completa de la ciudad, en especial de su parte histórica, y como complemento un tour por los alrededores de Zamora.
Obviamente, no podemos irnos de Zamora sin visitar su catedral ni su castillo, que además están al lado uno del otro. De la catedral destaca su famoso cimborrio (con la característica cúpula gallonada, es decir, con escamas de piedra), pero también merece la pena la colección de tapices flamencos que alberga el museo catedralicio. Espectacular. De paso podemos visitar el Museo Baltasar Lobo, donde se expone parte de la obra de este escultor contemporáneo zamorano, pues se encuentra junto a la catedral y el castillo. También en su entorno conviene acercarse a las calles del Troncoso y del Corral de Campanas, que discurren ambas entre vetustos muros de piedra.
Cúpula de la catedral de Zamora
Precisamente la calle del Troncoso nos conduce hasta una excelente atalaya desde la que observar el Duero, el llamado mirador del Troncoso. Si no tenemos demasiado tiempo como para pasear tranquilamente por la orilla del río (actividad muy recomendable), merece la pena al menos que nos recreemos unos minutos en las magníficas vistas que genera el padre Duero a su paso por la capital.
Mirador del Troncoso
También muy cerca del castillo, junto a la iglesia románica de San Isidoro, tenemos otro punto de gran interés, en este caso histórico; se trata del Portillo de la Lealtad (antiguamente llamado Portillo de la Traición), por donde, según cuenta la tradición, Vellido Dolfos regresó a Zamora tras acabar con la vida del rey de Castilla, Sancho II, que había cercado la ciudad. Precisamente de ahí viene el dicho: no se ganó Zamora en una hora. Si atravesamos la muralla por esta puerta llegamos a la Avenida de la Feria, lugar en el que mejor se conserva la muralla medieval de la ciudad que, no en vano, el romancero denominaba «la bien cercada».
Muralla de Zamora
En los últimos años el Ayuntamiento de Zamora ha hecho un esfuerzo por descubrir esta vieja muralla, de gran valor patrimonial e histórico pero durante mucho tiempo ocultada y afeada por numerosos edificios. El resultado es lo que tenemos en la actualidad: grandes lienzos de muralla bien conservados para el disfrute de los zamoranos y de quienes nos visitan. No es que Zamora sea Ávila, pero en este sentido se le parece cada vez más. Uno de los puntos más atractivos del recinto amurallado es la Puerta de Doña Urraca, que ostenta la categoría de Bien de Interés Cultural.
Puerta de Doña Urraca
La ciudad, como es bien conocido, destaca por su elevada concentración de templos románicos. Si solo se dispone de un día, en el que difícilmente se van a poder ver todos, recomendamos visitar algunas de las principales iglesias, como la de San Juan de Puerta Nueva (en la Plaza Mayor), sobre cuya puerta principal hay un rosetón de piedra que se ha convertido en todo un emblema de la ciudad, la Magdalena (en la Rúa de los Francos, entre la Catedral y la Plaza Mayor), que cuenta con un interesante sepulcro románico, Santiago el Burgo (en la calle de Santa Clara, principal arteria de la ciudad) o la Horta (en los Barrios Bajos, en las inmediaciones del Duero).
Puerta sur de la Iglesia de Santiago el Burgo
Fin de semana en Zamora
Si disponemos de todo un fin de semana en Zamora (o bien de dos días cualesquiera), debemos aprovechar la oportunidad para completar la visita a la ciudad. Sería recomendable pasear tranquilamente junto al Duero, y en especial visitar sus aceñas, ingenios hidráulicos de época medieval en los que se producía la harina para los habitantes de la ciudad. Zamora cuenta en su núcleo urbano con tres grupos de aceñas (Pinilla, Cabañales y Olivares), a las que hay que añadir otros dos grupos situados a las afueras y en peor estado de conservación (aceñas de Gijón y de los Pisones). Las más emblemáticas son las aceñas de Olivares, que llevan en pie más de 1.000 años (lo sabemos porque se mencionan en un documento del siglo X). Estas aceñas están abiertas al público y se localizan en el barrio del mismo nombre, muy cerca de la iglesia románica de Olivares y también del lugar en el que se anclan las tradicionales barcas de los antiguos pescadores del Duero.
Aceñas de Olivares (Zamora)
En el río podemos admirar el Puente de Piedra, de época medieval. Existió otro anterior, cuyos restos todavía pueden observarse en la margen izquierda del río, aguas abajo del Puente de Piedra. También resulta interesante el Puente de Hierro (de finales del s. XIX), de la escuela de Eiffel. Una opción muy interesante es cruzar el Duero por el Puente de Piedra, visitar las aceñas de Cabañales y los restos del antiguo puente, y volver a la margen derecha por el Puente de Hierro. Pero el Duero también tiene otros atractivos; uno de ellos es la playa de los Pelambres, situada también en la margen izquierda y muy concurrida en época estival.
Puente de Piedra de Zamora
De hecho, el río es uno de los principales recursos turísticos de la ciudad. En él los aficionados a la pesca o al piragüismo pueden practicar su deporte favorito. Además de los puntos de interés ligados al río ya mencionados podemos citar otros, como el convento de San Francisco, donde se ubica la fundación para la cooperación hispano-portuguesa Afonso Henriques, o el parque de los Tres Árboles, que incluye un ameno paseo junto al Duero.
Desde 2018 funciona en época estival una barcaza que cruza el Duero desde las Aceñas de Olivares hasta la Playa de los Pelambres. Dicha embarcación es una iniciativa del Ayuntamiento de Zamora y subirse en ella no tiene coste para quienes deseen hacerlo.
Barcaza de Olivares
Disponer del fin de semana también puede permitirnos conocer más en profundidad el románico zamorano. Además de las ya mencionadas, hay otras iglesias que no puedes dejar de ver, como es el caso de San Ildefonso, Santa María la Nueva y Santiago de los Caballeros, a las afueras de la ciudad, donde cuenta la leyenda que fue armado caballero el Cid.
Aunque desde el punto de vista artístico y arquitectónico Zamora destaca por sus edificios religiosos de época medieval, el urbanismo de la ciudad vivió a finales del siglo XIX y principios del XX una segunda edad de oro gracias a la arquitectura modernista. De hecho, Zamora se incluye en la Ruta Europea del Modernismo, siendo la única ciudad de Castilla y León que forma parte de este selecto grupo de localidades.
Plaza de Sagasta
Buena parte de los edificios modernistas que podemos admirar se encuentran en la Plaza Sagasta y alrededores (muy cerca de la Plaza Mayor). Naturaliste ofrece una visita guiada centrada en este tipo de arquitectura o bien una visita mixta que combina los ejemplos más representativos del románico y el modernismo.
La Semana Santa de Zamora
Si visitas la ciudad durante la Semana Santa podrás comprobar por qué este acontecimiento religioso se declaró Bien de Interés Cultural y es considerada como una de las semanas santas más espectaculares de España, junto con las de Sevilla, Málaga o Valladolid.
Semana Santa de Zamora
El resto del año también se respira en Zamora ese aire semanasantero y además se puede visitar el Museo de Semana Santa, una buena manera de empaparse de la tradición y el fervor de la Semana Santa zamorana.
Museos
Además del citado Museo de Semana Santa, en Zamora encontramos diversos espacios expositivos que gustarán especialmente a los amantes de la cultura. El primero que vamos a comentar es el Museo Provincial, que se encuentra en un edificio muy interesante (el Palacio del Cordón) y que, como en otras ciudades, alberga una muestra representativa del patrimonio arqueológico de la provincia. Entre todas las piezas que guarda, destacan los mosaicos romanos que se exponen, así como el llamado Tesoro de Arrabalde, procedente del castro de las Labradas, situado en la localidad de Arrabalde, muy cerca ya de la provincia de León.
Otro de los principales espacios museísticos de la ciudad es el Museo Etnográfico de Castilla y León. Se encuentra en la Plaza de Viriato (así llamada por la estatua que hay en ella de este antiguo héroe, considerado el terror romanorum) y, como indica su nombre, incluye una muestra de la cultura tradicional no solo de la provincia de Zamora sino de toda la Comunidad, además de ofrecer diferentes exposiciones temporales.
Exposición permanente del Museo Etnográfico de Castilla y León (fuente: MECyL)
Otro de los museos que se pueden visitar en la ciudad es el Museo Diocesano de Zamora, situado en la iglesia (románica, cómo no) de Santo Tomé, que incluye una exposición con algunas de las obras más relevantes del arte cristiano de la Diócesis de Zamora (es preciso recordar que ésta no coincide con la provincia, pues buena parte de ella pertenece a la Diócesis de Astorga). La entrada a este museo es la misma que la de la Catedral, pues da acceso a ambos espacios.
Iglesia de Santo Tomé (Museo Diocesano)
Otro centro de visitantes, tal vez de menor interés (a nuestro juicio), es el Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales. Este espacio dispone, eso sí, de un curioso «mirador zen» que nos permite disfrutar de una forma singular de la bella estampa que ofrece el río. Figura asimismo en algunos folletos de información turística la existencia de un Centro de Interpretación de las Industrias Tradicionales del Agua, ubicado en las aceñas de Olivares. No hay tal centro, más allá de algún panel sin especial interés (lo que sí lo tiene es visitar estas aceñas, como ya dijimos).
Calles y edificios destacados
Hay algunos rincones de Zamora que no te puedes perder. Uno de ellos es la Casa del Cid o Casa de Árias Gonzalo, situada junto a la Puerta de Olivares, al palacio episcopal y a la propia catedral. Se trata de uno de los pocos edificios románicos no religiosos que en la actualidad se conservan en nuestro país, además de existir la tradición de que en ella se crió el Cid.
Hay que destacar también la presencia del Teatro Ramós Carrión (situado entre la Plaza Mayor y la Plaza de Viriato, muy cerca del parador), construcción romántica que llama la atención cuando pasamos por delante. Este espacio cultural se ha reabierto recientemente tras muchos años de inactividad, por lo que actualmente Zamora cuenta con dos teatros: éste y el Teatro Principal, ubicado no lejos de él.
Teatro Ramos Carrión
Otro edificio relevante es la Diputación Vieja, que se encuentra muy cerca del mencionado Teatro Ramos Carrión, cuya fachada está ornamentada por el escultor zamorano Eduardo Barrón (autor asimismo de la ya citada escultura de Viriato).
Se pueden mencionar también el Palacio de los Momos, edificio histórico declarado monumento nacional que combina elementos góticos y renacentistas, el Ayuntamiento Viejo, de estilo plateresco, el modernista Mercado de Abastos o el Instituto Caludio Moyano.
Instituto Claudio Moyano
Algunas calles son de inexcusable visita, como la calle de los Herreros, situada junto a la Plaza Mayor, que nos ofrece buenas tapas por el día y animada marcha durante la noche. En paralelo a ella encontramos la empinadísima y pintoresca calle de Balborraz, no sin razón considerada una de las más bellas de España.
Calle de Balborraz
En la parte inferior de la calle de Balborraz comienzan los llamados Barrios Bajos, muy cerca del Duero. En ellos, además de encontrar dos iglesias ya mencionadas (La Horta y Santo Tomé), notaremos que la denominación de las calles (calle Caldereros, calle Zapatería, calle Alfamareros, etc.) remite a las profesiones que se desarrollaban por quienes habitaban en este barrio, donde también se ubicó la primera judería de la ciudad.
Justo donde terminaba el recinto amurallado, junto a la antigua puerta de Santa Clara, comienza la plaza y parque de la Marina, denominación que sorprende en una ciudad de interior. Actualmente este amplio espacio se ha erigido en el verdadero centro neurálgico de la ciudad, donde encontramos varios edificios modernistas así como la Farola, curiosa obra del escultor benaventano Luis Coomonte.
El bosque de Valorio
A las afueras de la ciudad, se encuentra el bosque o parque de Valorio. Se trata de un amplio espacio verde que, junto al río Duero, constituye el mejor escenario de la ciudad para dar un paseo, correr o disfrutar de la naturaleza. En él encontramos un aparcamiento, pistas y canchas, zona de juegos, chiringuito, jardines y en la parte final se encuentra el bosque propiamente dicho, cuya especie forestal dominante es el pino piñonero. Todo este espacio es atravesado por el arroyo de Valderrey.
Bosque de Valorio
Gastronomía y tapas en Zamora
Recomendamos para comer la Plaza Mayor y alrededores; y para picar algo la zona de «los Lobos» así como la mencionada calle de los Herreros. Como platos típicos de la ciudad hay que citar el arroz a la zamorana, las mollejas a la zamorana o el bacalao a la tranca. También recomendamos probar los platos de ternera o cordero, que aquí se producen en cantidad y calidad.
Chuletillas de cordero
Si hablamos de gastronomía es inevitable hacer una mención a las bodegas de El Perdigón. En esta localidad, situada a unos 10 km de Zamora, encontramos varias bodegas subterráneas transformadas en restaurantes que han dado gran fama al pueblo. En ellas la especialidad es la carne asada.
El viaje a Zamora puede ser una buena ocasión para adquirir productos de excelente calidad que se producen en su provincia: queso, setas, embutidos (entre los que destaca el chorizo zamorano), vinos (aunque hay 4 denominaciones de origen en Zamora, la más conocida es la de Toro), los famosos garbanzos de Fuentesaúco o la ternera de Aliste.
Ferias y otros eventos
La ciudad dispone de un recinto ferial (IFEZA), situado en las proximidades del río Duero, en el que se desarrollan a lo largo del año diversas ferias monográficas. Fuera de él, hay que destacar dos ferias anuales muy tradicionales e integradas en el programa de las fiestas patronales de Zamora, que tienen lugar por San Pedro (29 de junio). Se trata de la feria del ajo, que podemos visitar en la avenida Tres Cruces, y la feria de la cerámica y la alfarería popular, que tiene por escenario la Plaza de Viriato.
Cartel de la Feria de Cerámica y Alfarería Popular
El Camino de Santiago
Es importante recalcar que Zamora es una ciudad por la que todos los años pasan miles de peregrinos, pues se encuentra en una de las principales rutas que conducen a Santiago: la Vía de la Plata, antigua calzada romana y camino vertebrador de todo el oeste peninsular. La ciudad dispone de un albergue de peregrinos y de la oportuna señalización que ayuda a no salirse del camino en ningún momento. A partir de Zamora se puede llegar a Santiago por tres caminos: es posible ir hasta Astorga, para enlazar con el Camino Francés, se puede continuar hacia Santiago por el Camino Sanabrés o bien se puede utilizar el Camino Mozárabe-Portugués, que discurre por la comarca de Aliste, antes de internarse por el país vecino.
Peregrinos cruzando el Puente de Piedra, en Zamora
El billar romano
Si el visitante dispone de tiempo suficiente, puede descubrir una curiosidad que no figura en las guías de turismo. La ciudad de Zamora es ya prácticamente el único lugar en el que se conserva un juego tradicional o deporte autóctono llamado billar romano, que además tiene la particularidad de que se practica en los bares. Sí, has oído bien, todas las pistas estaban en el interior de distintas tabernas de la ciudad. Hace años era posible disfrutar de este juego en los Barrios Bajos, cerca del río, pero hoy en día solo queda un bar donde se juega al billar romano, se trata del Bar San Isidro, situado en el barrio del mismo nombre.
Qué ver en Zamora y alrededores
Con frecuencia quienes nos visitan quieren conocer también los puntos de interés que se encuentran en los alrededores de la ciudad, a pocos kilómetros de distancia. Además de las localidades de Toro (a 34 km) y Miranda do Douro (a 56 km), el principal reclamo turístico situado cerca de Zamora es la iglesia de San Pedro de la Nave (a 20 km), una de las pocas obras del arte visigodo que todavía se conservan en la Península.
La Colegiata de Toro
Pero lo cierto es que cada vez es más popular entre los turistas que visitan Zamora, acercarse a realizar un crucero o paseo en barco por el Duero. Aunque, a su paso por la capital, el río no es navegable (con la excepción de la barcaza antes mencionada), a algo menos de una hora tenemos dos barcos que podemos tomar, dentro del parque natural Arribes del Duero, son los que parten desde Miranda do Douro (Portugal) y entre las localidades de Fermoselle (España) y Bemposta (Portugal). Desde Naturaliste también ofrecemos recorridos guiados por Arribes del Duero de uno o dos días.
El barco de Miranda entre los cañones del Duero
Un bello lugar, sobre todo por los paisajes que ofrece, situado a pocos kilómetros de Zamora, poco conocido por los turistas pero muy concurrido por los zamoranos, es la carretera de Almaraz(llamada así porque conduce de la capital a la localidad de Almaraz de Duero). Dicha vía nos da una excelentes vistas del Duero, que ya empieza a encajonarse camino de las Arribes o Arribas del Duero. En sus inmediaciones vemos bellas de dehesas de encinas, antiguas pesqueras del Duero, el pequeño Puente de Joyalada, etc. Una buena opción es regresar a Zamora por la N-122, a la que se llega por conexión directa desde Almaraz, y de paso acercarnos a ver la iglesia de San Pedro de la Nave, muy próxima a esta carretera.
Otros lugares de interés son las ruinas del castillo de Castrotorafe (29 km), las Tablas de Arcenillas (10 km), etc. Alejándonos un poco más de la ciudad encontramos las ruinas del imponente Monasterio de Moreruela (40 km) o las localidades de Fermoselle (63 km), por supuesto Salamanca (66 km), Tordesillas (69 km), Villardeciervos (77 km), Bragança (100 km) o Puebla de Sanabria (113 km), muy cerca del impresionante Lago de Sanabria.
https://naturaliste.es/wp-content/uploads/2018/11/zamora-que-ver.jpg570450Naturalistehttps://naturaliste.es/wp-content/uploads/2015/12/logo_340x156px3-300x138.pngNaturaliste2018-11-13 18:40:042024-03-11 18:11:32Qué ver en Zamora (capital)
Toro es una localidad situada al este de la provincia de Zamora, muy cerca de la de Valladolid y conocida en toda España, sobre todo, por su producto estrella: el famoso vino de Toro, que ha llevado el nombre de esta población por todo el mundo. Se trata de una pequeña ciudad muy monumental que nos ofrece una serie de lugares dignos de ser visitados y a la que debemos dedicar, al menos, una jornada. Nosotros la conocemos bien, ya que desde hace años ofrecemos visitas y tours privados a Toro.
En Toro, a cada paso que damos nos topamos con un monumento
Toro se localiza sobre un cerro que domina esta parte del valle del Duero. Es lo que se conoce como la Vega de Toro. A destacar su excelente ubicación, junto a la autovía A-11 y a menos de una hora en coche de tres capitales de provincia, pues se encuentra entre Zamora (a 32 km) y Valladolid (a 62 km), y no muy lejos de Salamanca (a 72 km).
Qué visitar en Toro
Ya hemos adelantado que esta población dispone de un rico patrimonio aunque, dentro de él, la Colegiata de Santa María la Mayor (popularmente denominada la Colegiata o la Colegiata de Toro) es, sin duda, su monumento más conocido e importante. El origen de este templo se remonta a la segunda mitad del siglo XII. Aunque su estilo original es el románico tardío, se aprecian varias fases constructivas y la presencia de estilos posteriores, como suele suceder en este tipo de edificios.
La Colegiata de Toro
De la colegiata podemos destacar su cimborrio, influido por los de las catedrales de Zamora y Salamanca, así como la portada de la Majestad, antigua puerta principal del templo que constituye una importantísima obra iconográfica que narra la vida de la Virgen, de Jesucristo y el Juicio Final conservando su policromía original.
Pero Toro no es solo la Colegiata. Existen muchos otros monumentos de interés, la mayoría de los cuales vamos a citar aquí, aunque también invitamos simplemente a pasear por sus calles, de sabor añejo, en las que a cada paso encontramos casas blasonadas y otros edificios nobiliarios que parecen querer llevarnos a otro tiempo.
La llamativa Torre del Reloj, que podemos divisar casi desde cualquier punto de la ciudad, es otro de los principales monumentos de Toro. Se sitúa sobre la Puerta del Mercado o Arco del Reloj (antigua entrada a uno de los tres recintos amurallados de la localidad), que todavía hoy comunica dos de las principales calles de Toro: la calle Corredera y la Calle Mayor. La torre es barroca, del siglo XVIII y se dice que para la argamasa empleada en su construcción se utilizó vino en lugar de agua, porque resultaba más sencillo, dada la abundancia de este producto en Toro, que subir el agua desde el río Duero.
Torre del Reloj
Otro de los lugares de interés es el sobrio Alcázar de Toro, construcción militar cuyos orígenes se remontan al siglo X, aunque ha sido reconstruido con posterioridad. Se encuentra muy cerca de la colegiata. Entre ella y el Alcázar tenemos otro atractivo: el Paseo del Espolón, excelente mirador al Duero que tampoco nos podemos perder.
Alcázar de Toro
En la parte baja de Toro, obviamente sobre el Duero, se encuentra el Puente de Piedra o Puente Mayor. Es de origen medieval (románico tardío, finales del s. XII o principios del XIII) y constituye otro de los principales monumentos de la ciudad. Este puente cuenta con 19 arcos y fue, durante siglos, un paso casi obligado por tratarse del único puente que cruzaba el Duero entre Simancas y Zamora.
Puente de Toro
Tanto el puente como toda la zona del río se encuentran un poco apartados de la ciudad, separados de ella por la zona llamada las Barranqueras, lo que ha conllevado que durante mucho tiempo su ribera haya estado bastante descuidada. En los últimos años se está trabajando para acondicionar todo el espacio ribereño como zona de ocio y disfrute, pues se trata de uno de los rincones más agradables de Toro.
La iglesia de San Lorenzo el Real es un excelente ejemplo de templo de estilo mudéjar. Construido en ladrillo a finales del siglo XII, cuenta en su interior con el sepulcro gótico-flamenco de los Castilla-Fonseca (s. XV) y un retablo realizado por Fernando Gallego (también del siglo XV), autor de las famosas Tablas de Arcenillas.
San Lorenzo el Real
Otras edificaciones que reflejan este mismo estilo constructivo (románico-mudéjar) en Toro y que merecen una visita son las iglesias de San Salvador de los Caballeros y del Santo Sepulcro, la Ermita de Nuestra Señora de la Vega o las ruinas de la iglesia de San Pedro del Olmo.
Hasta aquí una breve relación de algunos de los principales monumentos de Toro. Otros que no se han mencionado son el arco o puerta de la Corredera (s. XVII, situado junto a la carretera nacional y que da paso a la calle del mismo nombre), el Palacio de las Leyes, el edificio del Ayuntamiento o el Convento de San Ildefonso, uno de los seis monasterios que conserva la localidad.
Puerta de la Corredera
Qué hacer en Toro
Obviamente no solo de monumentos vive el hombre. Si estamos en Toro también vamos a poder disfrutar de la mejor gastronomía o de los diferentes eventos que esta localidad nos ofrece a lo largo del año. Respecto a lo primero, no debemos irnos sin probar su vino que, no obstante, suele estar disponible en los establecimientos de un buen número de kilómetros a la redonda (incluida toda la provincia de Zamora). La importancia de la producción vitivinícola de Toro dio lugar a la frase, atribuida a Alfonso IX, rey de León: tengo un Toro que me da vino y un León que se lo bebe.
En Toro encontraremos buenos mesones donde comer y multitud de comercios donde adquirir productos de la tierra: queso y chorizo zamoranos, garbanzos de Fuentesaúco, etc. Otros productos de Toro y su alfoz han sido tradicionalmente muy populares, en particular sus frutas y hortalizas, procedentes de la llamada Huerta de Toro, regadas con el agua del Duero a través del canal Toro-Zamora.
Muy recomendable es también, cómo no, visitar alguna de las 60 bodegas de la D.O. Toro. Lo puedes hacer con Naturaliste. De hecho, las actividades de enoturismo se han multiplicado en Toro en los últimos años.
En cuanto a los eventos que anualmente tienen lugar en Toro, vamos a citar tres: su carnaval (no confundir, eso sí, con el famoso carnaval del toro, de Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca), quizá el más popular de la provincia, su Semana Santa (además muy próxima en distancia a las de Zamora y Valladolid, dos referentes nacionales) y la Fiesta de la Vendimia, que obviamente tiene lugar en el mes de octubre.
Cartel de la Fiesta de la Vendimia 2018
La Fiesta de la Vendimia, más allá de su declaración como fiesta de interés turístico regional (categoría en la que también se encuentra su Semana Santa), es una animada celebración cuyo punto fuerte es el desfile de carros engalanados en torno al tema de la vendimia. Cualquiera de los tres que te planteamos son buenos momentos del año para conocer la ciudad en su punto álgido.
Qué ver cerca de Toro
Afortunadamente, en un radio de 40 km a la redonda tenemos un buen puñado de puntos de interés turístico, a los que llegaremos en menos de media hora en coche y que, si los queremos visitar todos, el tour nos llevará al menos un par de jornadas. Vamos a ver algunos de ellos:
Seguimos hablando de vino, porque a solo 7 km de Toro tenemos el Museo del Vino de Pagos del Rey, situado en la localidad de Morales de Toro, en cuya visita guiada podremos ver su bodega y probar sus deliciosos caldos.
De visita en el Museo del Vino
También muy cerca, aunque ya en la provincia de Valladolid, podemos visitar la localidad de Tiedra (a 18 km de Toro), donde nos espera su pequeño castillo blanco y es posible realizar alguna de las actividades que organiza su famoso observatorio astronómico.
Otro punto próximo a Toro (a 22 km) y de visita obligada es Castronuño, también situado junto al Duero (embalse de San José) y de nuevo dentro de la provincia de Valladolid. Aquí encontramos un espacio natural protegido, denominado «Reserva Natural de las Riberas de Castronuño«, con su correspondiente centro de interpretación. Se trata de un punto caliente para la observación de aves acuáticas, así que este enclave gustará enormemente a los aficionados al ecoturismo y la ornitología.
Riberas de Castronuño
Los aficionados a los castillos están de suerte porque Toro se encuentra muy cerca de varias fortalezas, en mejor o peor estado de conservación. Es el caso de la Atalaya de Castromembibre (Valladolid, a 23 km), el castillo de Villavellid (Valladolid, a 23 km), las ruinas del castillo de Belver de los Montes (Zamora, a 26 km) o el castillo de San Pedro de Latarce (Valladolid, a 29 km).
Finalmente resaltar la proximidad a dos poblaciones monumentales (y equidistantes, pues Toro se encuentra en 35 km de ambas): Zamora y Tordesillas. Un poco más cerca (a 32 km) se encuentra Urueña, con su núcleo urbano de aspecto medieval, que actualmente se considera la «villa del libro».
https://naturaliste.es/wp-content/uploads/2018/11/toro-que-ver.jpg467710Naturalistehttps://naturaliste.es/wp-content/uploads/2015/12/logo_340x156px3-300x138.pngNaturaliste2018-11-12 09:17:192023-12-04 12:22:28Qué ver en Toro (Zamora)
La localidad portuguesa de Vimioso suele pasar desapercibida para el turista. Queda muchas veces en un segundo plano por estar a mitad de camino entre Miranda do Douro y Bragança, eclipsada por el interés que despiertan estos dos lugares. Tal vez no se trate de una población tan monumental como ellas, pero que nadie piense que no hay nada que ver en Vimioso. Craso error. Os mostraremos por qué merece la pena visitar esta población y su municipio (también llamado concelho, en portugués), pues conocemos muy bien toda esta zona del noreste portugués, ya que somos de muy cerca y además se la hemos enseñado a mucha gente como guías locales.
Típico «chafariz» portugués en Vimioso
Uno de los principales monumentos de Vimioso es la Atalaya(Atalaia), situada en la parte más alta del pueblo. Se trata de una antigua construcción adosada a la roca natural que, como indica su nombre, fue erigida para vigilar, en este caso a los españoles; y desde luego el enclave ofrece unas vistas espectaculares del paisaje circundante. Se cree que esta estructura estaba ligada al antiguo castillo de la localidad, del que poco o nada se conserva en la actualidad.
Atalaya de Vimioso
Otro de los lugares que se deben visitar es la iglesia de São Vicente (siglos XVI-XVII), de estilo manierista y situada en el centro de la localidad, sobre una escalinata que realza su belleza. Al lado de la iglesia hay una pizzería muy concurrida por los españoles, uno de los diferentes establecimientos del pueblo en los que podemos comer o cenar muy bien a un precio bastante asequible (como siempre pasa en Portugal).
Iglesia de São Vicente
Al igual que en otras localidades portuguesas, no falta aquí el pelourinho(equivalente a nuestras picotas o rollos, en los que igualmente se impartía justicia), en este caso construido en el siglo XVI. Junto al pelourinho se encuentra la Casa de la Cultura, en cuyo interior hay un pequeño museo etnográfico que resulta agradable visitar si se quiere saber un poco más sobre las tradiciones de esta zona. Este centro también hace las veces de oficina de turismo. Al lado de la Casa de la Cultura, la localidad cuenta con un auditorio, un edificio mucho más moderno en el que se desarrollan diversas actividades culturales.
Pelourinho de Vimioso
En esta línea de desarrollo de actividades y eventos, también podemos encontrarnos con que nuestra visita a Vimioso coincide con alguna feria o muestra de alimentación o artesanía (o de ambas cosas), pues el pueblo dispone de un pabellón en el que periódicamente se celebran este tipo de ferias, entre las que destaca la concurrida Feria de Artes, Oficios y Sabores, que tiene lugar a finales de año.
Feria de artes, oficios y sabores de Vimioso
Otros dos recursos interesantísimos de los que dispone Vimioso son el camping (parque de campismo), de reciente construcción y con todos los servicios que no pueden faltar en este tipo de instalaciones, que se encuentra en la salida del pueblo hacia España (Alcañices), y el balneario (las termas de Vimioso o Termas da Terronha), situado junto al río Angueira y muy cerca de la carretera que se dirige a Miranda do Douro, en un paraje donde brotan aguas sulfurosas con propiedades medicinales. Se trata de un balneario sencillo, todavía poco conocido y con unos precios bastante económicos.
Recalcar también el hecho de que Vimioso, al tratarse de un pueblo grande y cabecera del municipio, dispone de todos los servicios que el visitante puede demandar: alojamiento, restaurantes, cafeterías, gasolinera, comercios, farmacia, etc. Si estás pensando en visitarlo, ponte en contacto con nosotros y buscaremos el alojamiento que mejor se adapte a tus necesidades. Igualmente disponemos de múltiples actividades para realizar en la zona.
El «PINTA»
Recientemente ha abierto sus puertas en las inmediaciones de Vimioso (concretamente junto al cruce entre la carretera que comunica esta localidad con Alcañices y la que sale de ella hacia São Joanico, pueblo del que luego hablaremos) el Parque Ibérico de Natureza e Aventura, abreviado PINTA. La distancia a la que se encuentra es de 5 km desde el casco urbano de Vimioso y algo menos de 4 km desde el camping.
Parque Ibérico de Natureza e Aventura (PINTA)
Este espacio nos parece un atractivo muy fuerte del municipio de Vimioso, tanto por su ubicación como por sus instalaciones y contenido. A diferencia de otros centros monotemáticos, el PINTA ofrece información de muy diversos aspectos de la región: flora, fauna, etnografía, alimentación, etc. Su contenido es variado y en esa diversidad reside su mayor fortaleza, así como en la amabilidad con la que Cláudio y Ângela nos atienden, que además hablan perfectamente español.
Burros mirandeses del PINTA
Este centro de interpretación es un buen ejemplo de puesta en valor de la Red Natura 2000, que está muy bien representada en el municipio de Vimioso (en especial se incluyen en ella los valles de los ríos Angueira, Maças/Manzanas y Sabor, todo un paraíso de biodiversidad). Otra de las fortalezas de este espacio es que es un lugar muy apto para ir con niños, que quedarán encantados con los burros mirandeses que hay en sus instalaciones.
Ruta junto al río Angueira
El parque dispone además de varias rutas señalizadas para conocer de primera mano el patrimonio natural y cultural de la zona, y también ofrece la posibilidad de realizar múltiples actividades, siempre y cuando se reserven con antelación.
Qué ver en los alrededores de Vimioso.
Tal vez el recurso visitable más conocido del municipio de Vimioso es el pequeño, pero precioso, castillo de Algoso. Situado en las proximidades de esta población, sobre un roquedo de impresionantes vistas, merece la pena visitarlo. Si queremos entrar es preciso pedir en el pueblo que nos lo abran, aunque ya solo verlo desde fuera es un placer. Desde allí se aprecia perfectamente el encajado discurrir entre rocas del cercano río Angueira, uno de los más importantes de la región.
Castillo de Algoso
Del núcleo urbano de Algoso sale un camino que nos lleva hasta el puente medieval sobre el río Angueira, otra pequeña joya cuya visita en este caso implica el esfuerzo de llegar hasta el lugar (esfuerzo que merece la pena realizar). El camino de tierra está en buen estado en la mayor parte de su recorrido, pero el tramo final, ya muy cerca del puente, conviene hacerlo a pie.
Puente de Algoso
Pero en el municipio de Vimioso hay otros puentes medievales igualmente dignos de visitar, como el que se encuentra junto a la carretera que comunica Izeda y Santulhão, sobre el río Sabor, o el de São Joanico, también sobre el río Angueira, situado en el interior de esta localidad.
Si te gustan los puentes antiguos está de suerte porque la Câmara Municipal de Vimioso ha editado un folleto sobre los puentes más interesantes del municipio: más información aquí.
Puente sobre el río Sabor, entre Izeda y Santulhão
Entre Vimioso y Bragança hay tres localidades que no podemos dejar de conocer: Carção, Argozelo y Outeiro (la primera y la segunda pertenecen al municipio de Vimioso, mientras que la tercera corresponde ya al de Bragança). Aprovechamos para recordar que, aunque la señalización de las carreteras portuguesas nos manda por este lado (N-218), el recorrido más cómodo y corto que une Vimioso y Bragança es por Alcañices y Moveros (unos 15 minutos menos), dos localidades que, por cierto, tampoco carecen de interés. En cualquier caso, cuando no hay prisa, la N-218 que nos lleva por el mencionado recorrido turístico ofrece unos paisajes con los que deleitarnos en las cuatro estaciones del año.
N-218 atravesando el río Maçãs (agradecemos la foto a João Vicente)
Carção es una población conocida, sobre todo, porque mantuvo una importante comunidad judía tras la expulsión, primero de España y después también de Portugal. Este hecho ha marcado al pueblo, su cultura y sus gentes. De hecho, existe un pequeño museo judaico en el centro de la población que podemos visitar. Ya hablamos de ello en esta entrada de nuestro blog.
Escritura en esta piedra de un auto de fe contra un criptojudío del pueblo
En Argozelo, como ocurre en Carção, es un tema sobre el pasado del pueblo el que centra toda la atención, en este caso la minería. En Argozelo hubo una importante explotación de wolframio de la que podemos saber más si visitamos el centro interpretativo de las minas que recientemente ha abierto sus puertas en el pueblo. También está relacionado con la obtención del wolframio en Argozelo el puente colgante sobre el río Sabor, denominado precisamente Ponte dos Mineiros. Quien se atreve a cruzarlo, además de disfrutar de unas estupendas vistas de este bello paraje, añadirá emoción a la visita pues solo es apto para valientes.
Ponte dos mineiros
Pero en Argozelo hay otro reclamo, también situado muy cerca del río Sabor. Por una pista asfaltada que comunica este pueblo con Coelhoso, en descenso hacia el río, nos encontramos con el curiosísimo Santuario de São Bartolomeu, edificado sobre un antiguo castro y donde se celebra una multitudinaria romería cada 24 de agosto.
Afortunadamente, se ha señalizado una ruta de senderismo (PR-15) que permite no solo enlazar los dos citados elementos del patrimonio minero de Argozelo (centro de interpretación y puente) sino también el monasterio de São Bartoloméu: más información aquí.
Santuario de São Bartoloméu (Argozelo), edificación modesta aunque situada en un paraje excepcional.
Por lo que respecta a Outeiro, allí se pueden ver los restos de su castillo, situados sobre el alto cerro (el otero que da nombre al pueblo) y, sobre todo, admirar la belleza de la Basílica del Santo Cristo del Outeiro, obra comparable a la catedral de Miranda do Douro, que sorprende encontrar en un pueblo tan pequeño.
Basílica del Cristo del Outeiro
No queremos olvidarnos de algunas otras aldeas cercanas a Vimioso que poseen cosas interesantes para ver, sobre todo para los aficionados a la arquitectura popular. Es el caso de Uva y sus numerosos palomares (pombais, en portugués). También podemos visitar otros pequeños pueblos que conservan su aspecto medieval, gracias a que sus vecinos han restaurado numerosas viviendas tradicionales, como ocurre en Caçarelhos, Angueira, el ya mencionado São Joanico, Vilar Seco o Avelanoso, localidad rodeada de montes, en un paraje espectacular y situada en la misma «raya».
Laderas del río Sabor
Hay otros puntos de interés en los alrededores de Vimioso, aunque no vamos a extendernos más porque creemos que se han expuesto ya los principales. Finalmente destacar que todo este territorio se ha declarado Reserva de la Biosfera, así como poner de relieve la importancia natural de los enclaves Red Natura 2000 que incluye el concelho, especialmente los valles de tres ríos que nacen en España: Sabor, Manzanas/Maçãs y Angueira. Estos cursos de agua van evolucionando en su recorrido: al adquirir más caudal y descender en altitud se van encajando en el fondo de un profundo cañón, cuyo paisaje y vegetación también van cambiando. Todos estos espacios naturales, además, permiten la realización de actividades de ocio como la observación de fauna, senderismo, etc.
https://naturaliste.es/wp-content/uploads/2018/10/pelourinho-vimioso-turismo.jpg540809Naturalistehttps://naturaliste.es/wp-content/uploads/2015/12/logo_340x156px3-300x138.pngNaturaliste2018-11-02 15:02:222023-07-08 15:28:12Qué ver en Vimioso (Portugal)
A la ciudad de Zamora llegan dos importantes caminos que se dirigen a Santiago de Compostela: la Vía de la Plata (la mal llamada Ruta de la Plata), conocidísimo recorrido desde los tiempos del imperio romano que viene del sur (Sevilla, Caceres, Salamanca…), y el Camino de Levante, que parte del extremo oriental de la Península, pasando por Valencia, Albacete, Toledo, Ávila…
A Zamora se puede llegar por la Vía de la Plata y por el Camino de Levante (imagen tomada de http://1.bp.blogspot.com/-PKxHzel63BU/VKBHbc7hJUI/AAAAAAAAD1w/AUeOp9wJRGc/s1600/Rutas.png).
Como se aprecia en la imagen, lo habitual es que posteriormente se ofrezcan únicamente dos posibilidades. La primera de ellas consiste en continuar hacía el norte, dirección Benavente, La Bañeza y Astorga, donde se enlaza con el Camino Francés. Es una opción un tanto ilógica desde el punto de vista de la peregrinación tradicional porque cuesta creer que históricamente los peregrinos, una vez en Zamora, se dirigiesen a Astorga, que no queda precisamente de camino a Santiago de Compostela. Pero como el Camino Francés es tan popular hoy en día, mucha gente decide hacer esa ruta.
Peregrinos cruzando el Puente de Piedra, en Zamora
La otra posibilidad, bastante extendida igualmente pero más natural, consiste en tomar el llamado Camino de Santiago Sanabrés (o Camino Mozárabe Sanabrés), que nos introduce rápidamente en Galicia. Este camino, tras abandonar Zamora, se dirige a las localidades de Granja de Moreruela (en realidad, la primera etapa Zamora-Granja es compartida con la primera opción), Tábara y Puebla de Sanabria. Los que conocemos esta ruta sabemos que nos conduce por parajes de gran belleza y la recomendamos como una de las mejores opciones para llegar a Santiago. De hecho, en Naturaliste te ofrecemos la posibilidad de hacer este camino en burro. Pero así mismo sabemos que hay una tercera ruta, tan interesante o más, que también atraviesa la provincia de Zamora, aunque es mucho menos conocida que las dos que hemos mencionado.
Rótulo del Camino Mozárabe Sanabrés a su paso por la provincia de Zamora
Este otro recorrido del que hablamos, casi totalmente desconocido hasta hace unos años, es el Camino de Santiago Mozárabe Portugués (también llamado Camino Portugués de la Vía de la Plata, aunque un nombre igualmente oportuno sería Camino de Santiago Alistano), que se dirige a Santiago introduciéndose en tierras de Aliste (Zamora) y en Trás-os-Montes (Portugal). Dicha ruta está perfectamente señalizada y, cómo no, cuenta con sus respectivos albergues (a partir de Zamora los encontramos en las localidades de Almendra, Fonfría, Alcañices, Trabazos, Quintanilha [Portugal], etc.).
Santa Marta de Tera, uno de los principales templos del Camino de Santiago Sanabrés
No debe confundirse esta ruta con el Camino Portugués por excelencia, que es el que conduce a Santiago por la costa portuguesa, entrando en Galicia por Tui, y que puede verse también en la primera imagen. El nuestro, el Camino Mozárabe Portugués, se introduce en Galicia por Verín, desde donde es posible enlazar con el Sanabrés un poco más al norte, en Laza, o bien continuar por Xinzo de Limia y unirse al Sanabrés ya en Ourense. Vemos su recorrido en el siguiente mapa esquemático:
Camino Mozárabe Portugués (imagen tomada de http://xacopedia.com/img/entries/mozarabe-portugues.jpg)
Etapas del Camino de Santiago Portugués de la Vía de la Plata:
Aunque naturalmente cada peregrino puede avanzar al ritmo que le resulte más conveniente, se han establecido una serie de etapas estándar que básicamente consisten en tramos asequibles en una jornada a pie con inicio y final en poblaciones que cuentan con albergues, aunque en algún caso también los hay (tanto albergues como otros alojamientos) entre medias.
Zamora – Almendra: 23,6 Km.
Almendra – Fonfría: 37 km.
Fonfría – Alcañices: 22 km.
Alcañices – Quintanilha (Portugal): 24,1 km. En esta etapa también hay un albergue de peregrinos en Trabazos.
Quintanilha – Bragança: 24,1 km.
Bragança – Vinhais: 28, 8 km.
Vinhais – Segirei: 25,4 km.
Segirei – Verín (España): 28,6 km. Enlace con el Camino Sanabrés.
Descripción del Camino Portugués de la Plata a su paso por Zamora
Como decimos, este camino portugués se desvía de la Vía de la Plata en Zamora, ciudad cuya patrona en la Virgen de la Concha (hacia el año 1500 se integra en su cofradía la de Santiago Apóstol, de hecho en la actualidad los años xacobeos la imagen de la Virgen de la Concha y los miembros de su cofradía se trasladan desde Zamora hasta la catedral de Santiago de Compostela).
Los peregrinos abandonan la ciudad atravesando el bosque de Valorio, para pasar más adelante junto a la ermita del Cristo de Valderrey, donde los zamoranos celebran romería el segundo domingo de Pascua. Existe otra opción: salir de Zamora por donde también lo hace el camino sanabrés, dejando la ciudad atrás junto a la cruz del Rey Don Sancho (donde la tradición popular dice que en el siglo XI murió éste rey, cuando asediaba la ciudad).
Cruz del Rey don Sancho
El peregrinaje en cualquiera de los dos casos continúa por la localidad de La Hiniesta, cuyo nombre se debe, según la tradición popular, a la aparición de la virgen al rey Sancho IV junto a una hiniesta, retama o escoba mientras éste cazaba. La siguiente localidad que alcanzaremos es Valdeperdices, también dentro de la comarca de la Tierra del Pan, para más tarde y por carretera llegar al pueblo de Almendra, donde concluye la primera etapa.
A poco más de 4 km de Almendra se encuentra El Campillo, donde es inexcusable visitar la iglesia de San Pedro de la Nave, joya del arte visigótico que hace casi un siglo fue trasladada hasta aquí piedra a piedra desde su antiguo emplazamiento, hoy anegado bajo las aguas del embalse de Ricobayo. Por un terreno de inquietante nombre (el Monte Víboras), el camino se dirige hacia Muelas del Pan, tras el cual toca atravesar la presa de Ricobayo para llegar al pueblo del mismo nombre. Hemos dejado atrás la Tierra del Pan para introducirnos en las tierras de Alba y Aliste. En Ricobayo hay un albergue de peregrinos, por lo que aquí puede completarse una etapa, que de lo contrario es tal vez demasiado larga.
Uno de los lugares más atractivos por los que pasa el Camino de Santiago Mozárabe Portugués es Alcañices
El camino nos lleva ahora hacia Cerezal de Aliste, no sin antes pasar por su bello Sofreral, un extenso alcornocal que cuenta con algunos ejemplares realmente portentosos. A la salida de Ricobayo hay quien opta por tomar dirección al Castillo de Alba, para visitar los restos de esta vieja fortaleza templaria, aunque ello implica hacer unos cuantos kilómetros más. Desde Cerezal el camino, entre jaras y robles, nos deja en Bermillo de Alba, desde donde no dirigiremos al final de etapa, la localidad alistana de Fonfría, atravesada por la carretera nacional 122.
Rótulo jacobeo junto al Castillo de Alba
Desde Fonfría salimos en paralelo a la carretera pero poco a poco nos vamos alejando de ella para introducirnos en un bello robledal. Así llegamos a la pequeña localidad de Ceadea, donde merece la pena visitar sus lavaderos tradicionales. De nuevo en paralelo a la nacional alcanzamos Arcillera. Continuamos hasta Vivinera, en la misma frontera con Portugal, no sin antes atravesar la carretera. Seguimos hasta un nuevo final de etapa, la villa de Alcañices, cabecera de la comarca de Aliste a la que entramos por el área recreativa de Sahú y donde vamos a encontrar múltiples servicios de los que carecen otros de los pequeños pueblos por los que hemos pasado. El albergue está nada más entrar en el pueblo, aunque ya descansados merece la pena una visita a la localidad.
Ruinas del Castillo de Alba
De nuevo en paralelo a la carretera nacional llegamos a Sejas de Aliste; más adelante alcanzamos Trabazos, que nos sorprende por el aspecto cuidado que presenta esta localidad. Continuamos hacia la frontera portuguesa dejando a nuestra derecha el pueblo de San Martin del Pedroso, situado junto al río Manzanas que también nosotros cruzaremos por el antiguo puente de la carretera nacional. Muy cerca está Quintanilha, primer pueblo portugués y final de esta etapa.
Otro de los hitos de este camino mozárabe portugués es el alcornocal de Cerezal de Aliste, uno de los más grandes de la Península.
Aquí puedes encontrar información más detallada sobre este camino. Finalmente hay que decir que el Camino de Santiago Portugués de la Vía de la Plata se puede hacer sin dificultad en bicicleta pues el recorrido, tanto la parte española como la portuguesa, es muy «ciclable».
No queremos concluir esta reseña sin comentar que existe otro recorrido más, muy tradicional y diferente a los tres mencionados, que nos lleva igualmente a Compostela. Discurría por la emblemática localidad de Carbajales de Alba y cruzaba el Esla con la Barca de Manzanal. No está señalizado en la actualidad, lamentablemente, pero ha sido muy utilizado a lo largo de la historia, como lo corrobora el hecho de que fue utilizado en 1612 para peregrinar a Santiago por Bernardo José de Aldrete, de lo cual dejó constancia escrita.
https://naturaliste.es/wp-content/uploads/2018/07/camino-de-santiago-desde-zamora.jpg617515Naturalistehttps://naturaliste.es/wp-content/uploads/2015/12/logo_340x156px3-300x138.pngNaturaliste2018-09-24 09:03:302020-10-16 20:55:34El Camino de Santiago Mozárabe Portugués (o Camino Portugués de la Vía de la Plata)
Desde Naturaliste somos perfectamente conscientes de que nuestro territorio cuenta con una serie de recursos que posibilitan la práctica del llamado turismo de salud, y más en concreto, dentro de él, del turismo de bienestar, también llamado turismo relax o wellness. Nuestra experiencia en la elaboración de producto turístico local nos enseña que somos un destino de primer nivel en esta materia.
Cuando pensamos en los viajes que tienen que ver con la salud y el bienestar enseguida se nos vienen a la cabeza los tratamientos termales (spa, balnearios, baños…). Como después veremos, en las provincias de Zamora, Salamanca y el norte de Portugal tenemos una amplia oferta de balnearios y spas en los que disfrutar de los mejores baños, masajes y otros tratamientos. Pero podemos cuidarnos, huir del estrés o buscar relax por otros medios. Por ejemplo mucha gente nos visita por los beneficios para su salud que la propia estancia en la zona le reporta, sea por nuestro particular clima, por disfrutar de la naturaleza más salvaje, del bello paisaje que nos rodea, por respirar aire puro o por la tranquilidad que uno encuentra en este apartado rincón de la Península. En otra entrada ya hablamos de los beneficios de la naturaleza sobre la salud.
Disfrutar del paisaje también es salud
También la práctica de deporte (senderismo, natación, running, ciclismo, BTT, etc.) nos ayuda a mantener o mejorar nuestro equilibrio físico y psíquico, y en este aspecto todo nuestro territorio de frontera ofrece unas condiciones óptimas. Tal vez por eso han proliferado tanto últimamente las pruebas deportivas en la zona.
Por último, otro de los factores que hacen a mucha gente apostar por esta tierra cuando se trata de cuidarse es, obviamente, la gastronomía. Productos naturales, recetas tradicionales, etc. Y es que comer bien, no hace falta decirlo, es fundamental para la salud.
Ya lo dijimos al principio, tanto del lado de España (provincias de Zamora y Salamanca) como en Portugal (distrito de Bragança) existen unos cuantos balnearios de los que podemos disfrutar. A continuación os presentamos un breve listado de los principales centros termales:
El más cercano a donde nosotros estamos, pues se encuentra a solo un cuarto de hora de Alcañices, son las termas de Vimioso (Termas da Terronha), en Portugal, situadas junto al río Angueira y al lado de la carretera que se dirige a Miranda do Douro, en un paraje donde brotan aguas sulfurosas medicinales, llamado precisamente Terronha. Se trata de un balneario pequeño, sencillo y con unos precios bastante económicos.
Termas de Vimioso (foto: Câmara Municipal de Vimioso).
Mucho más conocidos son los balnearios del norte de la provincia de Salamanca, como el de Retortillo y, sobre todo, el balneario de Baños de Ledesma, localidad cuyo nombre lo dice todo, y cuyas aguas termales ya eran aprovechadas en tiempo de los romanos.
Muy cerca de Ledesma, pero ya en la provincia de Zamora (en la comarca de Sayago) se encuentra el Balneario de Almeida (la Dama Verde).
En la comarca de Sanabria, también en Zamora, tenemos otras dos opciones. Por un lado el Centro del Agua, que gestiona el ayuntamiento de Puebla de Sanabria, y el balneario de Calabor, que aunque a día de hoy (octubre de 2018) todavía no ha abierto sus puertas, esperamos que en breve esté en funcionamiento.
Más al norte, a solo 30 km de Verín (provincia de Ourense, precisamente una tierra de termas), pero de nuevo en Portugal, se encuentran las famosas termas de Chaves, en su momento declarado el mejor centro termal de Portugal. Sus aguas mineromedicinales salen a una temperatura de nada menos que 73 grados y también fue explotado desde la época romana.
Finalmente, comentar que, como es sabido, hay diferentes establecimientos hoteleros que cuentan en sus instalaciones con servicios de spa. Entre ellos están, por ejemplo, el hotel Treixas (Puebla de Sanabria), el hotel Convento I (Coreses, Zamora), etc.
Esperamos que esta relación de balnearios, algunos de los cuales con los que trabajamos, resulte de utilidad a quienes escojan esta tierra para practicar turismo de salud y bienestar.
https://naturaliste.es/wp-content/uploads/2018/07/balnearios-norte-portugal.jpg199300Naturalistehttps://naturaliste.es/wp-content/uploads/2015/12/logo_340x156px3-300x138.pngNaturaliste2018-07-31 15:08:252024-01-07 11:11:26Spas, balnearios, deporte y aire libre: turismo de salud y bienestar en la frontera